El Deportivo sigue sin reencontrarse. Es la conclusión del partido de anoche en Anoeta, donde Germán Lux fue de largo el mejor futbolista visitante. Con su recital de paradas, sobre todo en la primera parte, evitó que la Real Sociedad amarrara los tres puntos. Cualquier otra lectura es equivocada, porque la ventaja en el marcador que durante muchos minutos tuvo el Dépor fue solo un espejismo, un resultado engañoso tal y como transcurrió el partido. El empate, que llegó tras un penalti infantil cometido por Jonás, acabó siendo un premio menor para la Real, muy superior en fútbol y ocasiones. Al Dépor el punto le sirve para romper la racha de derrotas -dos en Liga, más la de Copa- y acercarse un poco más al objetivo de la salvación.

El equipo de Víctor Sánchez solo podía mejorar después de la desfeita del martes ante el Mirandés. Salió a Anoeta con el objetivo de ser un equipo sólido y conceder pocas ocasiones, un plan que duró muy poquito, apenas dos minutos, los que tardó Lux en evitar que Jonathas marcara. Bruma se coló por la banda izquierda sin oposición y conectó con Vela para que este asistiera al delantero. Su remate no acabó en gol por una parada milagrosa del argentino, la primera de las cinco intervenciones decisivas que tuvo en los primeros 45 minutos. Poroto fue, sin duda, el mejor futbolista del Dépor, un dato revelador de que el dominio fue claramente donostiarra. La Real generó las suficientes ocasiones como para irse al descanso con ventaja. En ningún caso mereció llegar al intermedio por debajo en el marcador pero el Dépor sacó provecho de un error en cadena de la defensa vasca para encontrar el premio del gol, algo impensable tal y como transcurrió la primera mitad.

La apuesta de Víctor por jugar con cuatro laterales de inicio no se tradujo en una mayor solidez defensiva. Al contrario. La Real exploró las bandas con insistencia, sobre todo la izquierda de su ataque, la defendida por Laure. El madrileño tuvo muchos problemas para frenar a Bruma, de cuyas botas nacieron las dos primeras llegadas a puerta. El Dépor estaba incómodo, con y sin balón. Se metió muy atrás, limitándose a defender por acumulación, pero con escaso orden. Luis Alberto y Lucas Pérez estuvieron demasiado aislados. Pocos balones les llegaron y no tuvieron más remedio que pelear por los pelotazos en largo que les mandaron desde su propia área, bien Lux o los centrales, en especial Lopo, el encargado de iniciar el juego casi siempre. Mala señal cuando Mosquera y Álex no aparecen. El Dépor los echó de menos para tener algo más de criterio en la circulación del balón. Luis Alberto fue uno de los pocos que dejó pinceladas de calidad. Destacó su pase valeroniano en el minuto 13 con el que dejó a Lucas Pérez solo ante Rulli. El disparo del coruñés lo rechazó el portero en la primera aproximación clara del equipo visitante. Dos minutos después, en el 15, otra mano salvadora de Lux evitó que Pardo anotara. Merecía mucho más la Real, por propuesta y ocasiones, pero la justicia le dio la espalda y fue el Dépor el que se adelantó tras una sucesión de errores de la zaga vasca. Lucas peleó por el balón y Elustondo acabó asistiendo a Luis Alberto, que no perdonó.

El 0-1 dejó tocados a los vascos durante algunos minutos, los que aprovechó el Dépor para rehacerse y empezar a defender con el balón. Poco duró esa fase tranquila, porque la Real apretó mucho y bien en la recta final del primer acto. El Deportivo volvió a verse superado con demasiada facilidad. Nada que ver con el equipo sólido y fiable que concedió tan pocas ocasiones durante casi todos los partidos de la primera vuelta. Anoche, como en los dos encuentros más recientes ante Madrid y Mirandés, fue un auténtico flan. Lo siguió aprovechando la Real para continuar con su carrusel de ocasiones, una detrás de otra. Jonathas, en el 35, volvió a acariciar el gol; luego fue Bruma, en el 40, quien se encontró nuevamente con otra parada salvadora de Lux; y por último apareció Vela, en el 43, para obligar al argentino a sacar otra de sus manos salvadoras.

Con ese recital de oportunidades de la Real terminó una primera parte gris del Deportivo, salvo por el resultado. Menos sufrió el equipo coruñés al inicio del segundo acto. Al rival le entraron pronto las prisas y cometió demasiadas imprecisiones. Ya no llegó con tanta claridad al área. De hecho, las primeras ocasiones tras la reanudación fueron visitantes. Primero, un disparo de Lucas a las manos de Rulli; y poco después, una gran acción personal de Luis Alberto culminada con una volea que rechazó con apuros el meta local.

Crecía el Dépor lo justo como para no sufrir tanto atrás y correr a la contra con intención. Pero la Real nunca dio su brazo a torcer y siguió cargando. Sin mucha fluidez, pero con insistencia. La suficiente como para merecer el premio del gol. Lo encontró Jonathas en el 71, aunque no subió al marcador por un fuera de juego dudoso. Solo tres minutos después, Jonás se equivocó al agarrar a Xabi Prieto dentro del área lo justo para que Martínez Munuera señalara penalti. Lo transformó con sutileza el capitán para hacer justicia devolviendo la igualdad al marcador.

Se abría un nuevo escenario para los dos. La Real no iba a levantar el pie del acelerador y el Dépor sabía que podía sacar provecho a la contra. Sin embargo, poco corrió hacia la portería contraria el equipo coruñés. Ni siquiera tras la entrada de Fayçal. El campo siguió volcándose casi todo el tiempo hacia el área visitante, con algunas llegadas muy peligrosas, como los remates a los palos de Jonathas y Oyarzabal. Ya no hubo tiempo para más, solo para comprobar el conformismo de los de Víctor y para asistir a la última ocasión de la Real, tras un centro al que no llegaron ni Vela ni Bergara. Por lo menos, el Dépor salvó un punto. A duras penas. Gracias a Lux y también a ciertas dosis de fortuna que no tuvo otras veces.