Haris Medunjanin fue el fichaje estrella de la temporada 2014-15. Con el él llegaron Fariña y Cuenca entre otros. Pero estos tres fueron sobre los que se centraron principalmente los focos. Ninguno triunfó. El argentino y el catalán no siguieron; el bosnio sí, pues tenía contrato hasta 2017. Víctor Fernández quería que el fútbol del Deportivo girase en torno a la figura de Medunjanin, un futbolista "con muy buen pie", que decía el entrenador aragonés.

El bosnio mostró a cuentagotas la calidad que atesora en su zurda prodigiosa. Un golazo de falta en el Sánchez Pîzjuán ante el Sevilla, aunque el equipo caería derrotado de forma humillante, y un brillante segundo tiempo en el Camp Nou en la última jornada del curso pasado, con el Barça ya campeón, que permitió a los deportivistas igualar (2-2) y certificar la permanencia.

Poco más ofreció "el buen pie" de Medunjanin a quien el propio Víctor Fernández fue relegando en beneficio de otros compañeros. El bosnio tiene un guante, es cierto, pero en más de temporada y media en el Deportivo apenas lo exhibió. Ni tan siquiera en la Copa del Rey, torneo que este año pudo haber sido su trampolín.