Álex Bergantiños (A Coruña, 1985) anotó el sábado pasado ante el Betis su segundo gol de la temporada después del que marcó en el Camp Nou. En una temporada en la que apenas tuvo protagonismo al principio, la lesión de Borges le abrió las puertas del once en noviembre y desde entonces se ha convertido en un fijo. La recuperación del costarricense añade competencia para el coruñés, que se declara en el momento más dulce de su carrera.

-¿Cómo hace para terminar jugando todas las temporadas después de empezar sin protagonismo?

-En los últimos años aquí siempre es difícil jugar, hay plantillas muy buenas y estamos en el máximo nivel. Yo soy un jugador un poco diésel, me cuesta empezar las temporadas y siempre que llegan fichajes importantes es difícil tener hueco. Hay que entrenar fuerte, prepararse bien y estar listo para cuando llegue la oportunidad porque siempre hay lesiones y bajas formas.

-Cuando se hace con un sitio ya es difícil que lo pierda...

-Por suerte, sí. Por suerte en las últimas temporadas ha sido así, pero ya digo que somos una plantilla amplia y que ahora está Celso (Borges) recuperado y va a ser más difícil tener esa continuidad porque va a haber más competencia entre nosotros.

-¿Qué representa llegar a los 100 partidos en Primera con el Deportivo?

-Era el sueño que tenía desde niño: jugar en Primera y mucho más aún poder llegar a esas cifras. He ido quemando etapas, he pasado por Tercera, por Segunda B, por Segunda y me he ido marcando pequeños retos. He llegado a los 100 partidos en Primera e intentaré llegar a los 150, ese será el siguiente reto.

-¿Está en su mejor momento como profesional?

-Creo que sí. Un poco por todo, llevo bastantes años en el primer equipo, la experiencia de todo lo que hemos pasado aquí todos estos años, que han sido muy inestables, hace que me encuentre más asentado, más prevenido de todo lo que rodea al fútbol, que al final también es difícil de llevar y de entender. Esa experiencia me hace estar más tranquilo y acaba repercutiendo en el campo. Con el paso de los años vas adaptándote más, vas sabiendo esconder tus carencias y mostrar más tus virtudes. En ese aspecto puede ser el mejor momento de mi carrera como jugador.

-¿Se ha vuelto más atrevido y ya no le quema tanto la pelota?

-La experiencia te hace tener un poco más de pausa con el balón, antes era un jugador más alocado, defensivo y más atropellado. La confianza que te da ir ganando peso en el equipo y en la categoría te hace tener esa tranquilidad con el balón que a veces es muy necesaria. En eso creo que sí he mejorado, teniendo mis limitaciones en algunos aspectos. Sí que tengo más atrevimiento para hacer determinadas cosas que antes no hacía, pero también depende mucho de cómo juegue el equipo y de con quién juegues al lado. Este año, por ejemplo, con Pedro (Mosquera) es mucho más fácil, es un jugador que equilibra muy bien al equipo y que se compenetra muy fácil con cualquier compañero. Eso te permite estar más suelto para moverte un poco más y no tener que estar tan pendiente solo de defender.

-Y además se ha acostumbrado a marcar goles...

-En Segunda el año del primer ascenso marqué tres y como profesional es mi récord, tampoco soy de muchos goles.

-¿Se sienten más liberados los centrocampistas con la seguridad defensiva del equipo?

-Es algo que no teníamos el año pasado. Ha sido el gran acierto de Víctor (Sánchez) desde que llegó. Necesitábamos esa cohesión defensiva para ser un equipo difícil de batir y a partir de ahí ir creciendo. Este año trabajamos mucho en eso desde pretemporada. Siendo un equipo de entre los diez o doce que tenemos que intentar mantenernos, es fundamental ser un equipo sólido. Eso nos ha dado la tranquilidad de tener los puntos que tenemos ahora.

-Sin embargo ya son ocho partidos sin ganar...

-Deberíamos preocuparnos si hiciéramos menos ocasiones que los rivales o si concediésemos muchas. El equipo, a pesar de haber encajado goles en estos últimos partidos, defiende bien y concede muy poco al rival. En ningún momento veo a un equipo roto o que no dé la cara en todo momento en los partidos. Hemos ido por debajo en el marcador y le hemos dado la vuelta. Siempre competimos bien y en ese sentido estamos tranquilos. Merecemos algún punto más de los que llevamos, pero al final esto es un deporte y también es necesaria una dosis de acierto y de fortuna.

-¿Pueden jugar a su favor los nervios del Espanyol para acabar con esa racha de partidos sin ganar?

-Todo depende de cómo se desarrolle el partido, pero nosotros sabemos mejor que nadie por el año pasado lo que es estar en esa situación. Estás mucho más nervioso, con todas las alarmas encendidas y sales con mucha intensidad al campo. Creo que es lo que van a intentar, que nos sintamos muy incómodos. Es un arma de doble filo que, si contrarrestamos bien, puede generarles ansiedad y dudas que les hagan ir a destiempo, que es lo que suele pasar en situaciones como la que están ellos.

-El Deportivo este año está en una situación contraria a la que describe...

-Está siendo un año de estabilidad, que es lo que se buscaba en todos los aspectos. El club está creciendo poco a poco después de unos años difíciles. Era fundamental quedarnos en Primera para tener un año estabilidad. La plantilla es ahora más completa, se están haciendo contratos más largos y eso da valor al club. Eso repercute también en lo demás porque se cuidan más los detalles: en el estadio, con la afición, en la tienda del club...

-Incluso los jugadores ante ofertas de otros equipos escogen quedarse...

-Es que Coruña es una ciudad muy agradable para todos. Qué voy a decir yo, que soy de aquí y lo sé bien. Pero para la gente que viene de fuera es una ciudad muy tranquila, muy acogedora y en donde la afición es muy comprensiva. Todo eso los jugadores también lo notan.