Hace poco más de dos meses el Deportivo era sexto con 26 puntos y un margen de doce sobre el descenso. Once jornadas después, tantas como lleva sin ganar, el equipo coruñés se ha anclado en los 32 puntos tras encadenar tres derrotas consecutivas. El colchón sobre el pozo se estrecha y ahora es de solo seis puntos tras la victoria de anoche del Granada frente al Sporting de Gijón (2-0). Una distancia relativamente considerable, pero que convierte el partido de mañana frente al Málaga (Riazor, 22.05 horas) en una auténtica final, sobre todo teniendo en cuenta el empinado calendario que tendrá que afrontar en las próximas semanas el conjunto de Víctor Sánchez del Amo.

►Riazor, la clave. El Dépor necesita tres victorias para garantizar el objetivo de la salvación, aunque podrían bastarle con dos triunfos y algún empate más. En cualquier caso, es ahora cuando en teoría debe dar ese arreón definitivo hacia la meta, aprovechando los próximos partidos en Riazor ante Málaga, Levante y Las Palmas. Fuera, le esperan todas salidas muy complicadas, a los campos del Atlético, el Celta, el Sevilla, el Eibar y el Villarreal. Barça, Getafe y Madrid serán los últimos que visiten A Coruña antes del cierre del campeonato.

►Ni resultados, ni sensaciones. A la grave crisis de resultados le acompaña, últimamente, un bajón en el rendimiento, individual y colectivo, que sitúa al Deportivo en su peor momento de la temporada. Hasta hace poco hacía buenos partidos, sobre todo en Riazor, tal y como demostró ante Villarreal, Valencia, Rayo y Betis. No ganaba, pero la imagen que transmitía invitaba al optimismo. Esas buenas sensaciones se han evaporado y ahora el Dépor genera dudas tanto en ataque como en defensa. En los últimos encuentros frente a Espanyol, Granada y Athletic, todos saldados con derrota, el conjunto de Víctor Sánchez nunca dio verdadera sensación de equipo.

►Reacción futbolística y mental. Abegondo fue escenario ayer de una de las jornadas de trabajo más tristes de la temporada después del sonrojante 4-1 encajado en San Mamés. Muchas caras largas entre los futbolistas, que hicieron tareas diferenciadas, intensas para los que no jugaron de inicio en Bilbao y muy suaves para el resto. Los titulares se retiraron cabizbajos, entre ellos Oriol Riera, que camino de los vestuarios intercambió impresiones con el psicólogo del Deportivo, Macario Bravo. "En dos días volvemos a competir para buscar esa victoria que tanto ansiamos. Hay que valorar mucho los 32 puntos que tenemos. Todos hubiéramos firmado esto a principio de temporada. El miedo y el pesimismo no valen para nada", afirmó el delantero, que apuesta por "tener tranquilidad" para encontrar esa reacción -futbolística, física y mental- que el equipo necesita. "Autocrítica hacíamos cuando ganábamos, y ahora también", aseguró el catalán.

►Crece la 'lucasdependencia'. Riera anotó en San Mamés su primer gol en la presente Liga al culminar a puerta vacía una gran acción personal del coruñés Lucas Pérez, de nuevo el mejor futbolista del Deportivo sobre el terreno de juego. A falta de fútbol combinativo, sus compañeros lo buscan una y otra vez con balones en largo casi siempre fáciles de neutralizar para las defensas rivales. Víctor busca soluciones a esa lucasdependencia del equipo blanquiazul, cuyo caudal creativo ha disminuido de forma alarmante en las últimas jornadas. Desde el partido contra el Betis, ante el que tuvo mucha profundidad y numerosas ocasiones claras, apenas llega al área rival. Contra el Málaga se espera que el técnico vuelva a realizar varios cambios, recuperando a futbolistas como Luisinho o Luis Alberto para el once inicial.