Pedro Mosquera sabe bien lo que significa un clásico gallego. Desde niño vivió muchos en Riazor como aficionado, aunque el derbi de su vida fue el más reciente, el del 21 de noviembre del año pasado. "Ganamos 2-0 en casa, era el primero que jugaba con esta camiseta y va a ser inolvidable por eso", recuerda. Entonces el Celta llegaba lanzado, en puestos Champions, y con el cartel de favorito, igual que ahora. "Nos llevamos la victoria, así que el sábado no tiene por qué ser diferente", argumenta el centrocampista, convencido de que su origen coruñés le hace "sentir mucho más" este tipo de partidos: "Se siente todo bastante más cuando eres de aquí, de la ciudad, porque al final cuando te retires vas a tener que vivir aquí, vas a tener que estar aquí, en A Coruña, y yo creo que se vive todo mucho más y todo te afecta mucho más. Las malas rachas te afectan más y las buenas, también".

-La mala duró demasiado, trece jornadas. ¿Ante el Levante se quitaron un peso de encima?

-Necesitábamos un triunfo. Lo merecíamos y no llegaba. Cuando ganas, todo se ve de otra forma.

-¿Hay más alegría?

-Hay otro ánimo en el sentido de que hemos conseguido la victoria y hemos dejado ese runrún de los que decían que no ganábamos e íbamos en una mala línea. Es verdad que de resultados era una mala línea, pero estoy convencido de que en cuanto a juego hubo partidos mejores que el del Levante que al final no ganamos. El ambiente en el vestuario sigue siendo el mismo, o sea, muy bueno.

-¿Tranquiliza ver la permanencia tan cerca, prácticamente a tiro de un solo partido?

-Sí. El año pasado fueron 35 puntos los que consiguió el Dépor y me hacía ilusión superarlos. Ya lo hemos logrado y lo que tenemos que hacer ahora es cerrar la permanencia. No nos podemos relajar aunque tengamos 36 puntos.

-¿Ganar en Balaídos es la salvación matemática?

-Matemática, no, porque todavía quedarán siete jornadas , pero sí daríamos un paso casi definitivo. Todo depende de los resultados de los de abajo. A priori es difícil que lleguen a 39 pero nunca se sabe.

-¿El triunfo ante el Levante puede servir para que el Dépor se libere mentalmente y vuelva a fluir ese buen fútbol que, sobre todo fuera de casa, había perdido?

-Ojalá. Psicológicamente, nos hacía falta una victoria. Nosotros sabíamos que estábamos haciendo las cosas bien pero al final no llegaban los resultados y con cualquier mínimo detalle nos empataban o nos marcaban en el último minuto. Eso en la cabeza estaba, porque no conseguíamos ganar a pesar de todo. Al final logramos una victoria, rompimos esa mala racha y ojalá ahora llegue una buena.

-Para repetir triunfo habrá que mejorar fuera de casa, sobre todo en cuanto a solidez?

-A nivel defensivo en la primera parte de la temporada concedíamos menos. Ahora estamos notando la baja de Sidnei, un central que está a un nivel increíble. Ojalá podamos recuperarlo lo antes posible y terminar siendo igual de sólidos.

-¿Cree que si la trayectoria del Dépor hubiese sido más regular, sin dos fases tan marcadas, una muy buena y luego otra muy mala, se valoraría más la temporada que está haciendo?

-Totalmente. Si le dices a cualquiera que ve fútbol que el Dépor a falta de ocho jornadas tiene 36 puntos, y que ya ha hecho más puntos que en todo el año pasado entero, nadie se lo creería. La gente lo firmaría con los ojos cerrados. Si hubiésemos hecho menos puntos en la primera vuelta pero no hubiésemos tenido una racha tan fea, la gente lo valoraría más. También es verdad que podíamos haber sumado más en la segunda vuelta. Cuentan las 38 jornadas. Es un cómputo global de todo. Si ahora lo estamos haciendo un poco peor, también es verdad que hicimos los deberes en la primera vuelta y ese colchón nos lo ganamos nosotros.

-A nivel personal, ¿cree que ha bajado su nivel con respecto a la primera vuelta?

-No. Mis dos mejores partidos los hice en la segunda vuelta, contra Valencia y Espanyol. Por unas cosas o por otras contra el Valencia nos empataron en el último minuto y frente al Espanyol perdimos, y parece que los jugadores ya no destacan lo mismo. Cuando se gana, todos somos muy buenos, y cuando perdemos, no. Sí que es verdad que hubo partidos en los que quizá no destaqué tanto como en otros, pero intento siempre dar el máximo, el 100%. Lo que nadie me va a reprochar es que no dejo todo en el campo. Ahora estoy jugando en una posición más atrasada y me estoy intentando adaptar a ella. Trato de dar fluidez desde atrás. Donde me necesite el equipo voy a estar, aunque no tenga que destacar tanto.

-¿Se siente más cómodo sin trivote, con un sistema más natural de dos mediocentros?

-No quiero entrar en lo que es mejor o peor. El míster sabe muy bien lo que tenemos que hacer y lo que necesita el equipo, y lo está demostrando. Llevamos 36 puntos, ocho por encima del descenso. Lo que haga él, bien está.

-Han pasado casi dos meses desde el cierre del mercado invernal, tiempo suficiente para reposar las ideas. ¿Cómo ha asimilado todo lo sucedido con la oferta del Valencia que rechazó?

-Bien. Al final, era una oportunidad que se me presentó, pero yo creo en este proyecto, creo en el Deportivo y en que vuelva a ser un equipo importante a nivel no solo de España, sino de todo. Como club siempre ha sido superrespetado, muy querido, y hay que devolverle eso, que tenga continuidad, que pueda estar muchos años seguidos en Primera, que tenga estabilidad y eso es lo que voy a intentar.

-Por su origen coruñés, ¿siente más lo que significa un partido como el del sábado ante el Celta?

-Es curioso pero yo creo que se siente todo bastante más cuando eres de aquí, de la ciudad, porque al final tú cuando te retires vas a tener que vivir aquí, vas a tener que estar aquí, en A Coruña. Yo creo que se vive todo mucho más, todo te afecta mucho más, las malas rachas te afectan más y las buenas, también.

-¿Cuál es su primer recuerdo de los derbis?

-Yendo con mi padre de pequeño a Riazor , cogiendo una bufanda en los puestos de fuera del estadio y yendo al campo a ver a jugar a Donato, a Mauro Silva, a Bebeto y a toda esa gente.

-¿Se sufre más desde la grada o sobre el campo?

-Yo creo que desde la grada se sufre más. En el campo estás acostumbrado a lo que hay que hacer y sabes que tienes que ganar. Como futbolista se sufre más en caso de un resultado negativo pero en el momento de jugar el partido en la grada se sufre más porque no puedes estar en el campo y participar.

-¿Cuál es el favorito esta vez?

-En principio siempre va a ser el que está arriba en la clasificación y con mejores sensaciones. El Celta está jugando muy bien. Posiblemente para la gente sea el Celta pero el Deportivo es un club histórico que siempre ha dado la cara en los derbis y vamos a intentar llevárnoslo. También en la primera vuelta el favorito era el Celta, de hecho llegó a Riazor cuarto, en puestos Champions, y nos llevamos la victoria, así que no tiene por qué ser diferente este partido.

-¿Son enfrentamientos en los que todo tiende a igualarse?

-Sí. Parece que es un encuentro que se aísla de todos los demás. Es muy sentimental y todo el mundo llega con mucha euforia. Lo afrontaremos tras dos semanas de parón y a ver quién se cuida más, porque el entrenamiento es también cómo se cuida uno. Hay que desconectar pero sabiendo que la Liga continúa y aún quedan ocho jornadas, así que el que mejor preparado llegue tendrá un plus.

-También será un plus la presencia de muchos aficionados coruñeses en Balaídos...

-Sí, pero no solo van al derbi. Una de las cosas que más me gustan y me sorprenden de este club es que vayas al campo que vayas, el hueco de la afición visitante está lleno. Siempre hay deportivistas. De los equipos en los que he estado es el que lleva más gente a los estadios.

-¿Se anima a pronosticar un resultado para el sábado?

-El de la primera vuelta. Un 0-2.