Cuando Deportivo y Barcelona salieron de los vestuarios dispuestos a afrontar 90 minutos de juego, nadie podía imaginar que el final llevaría a Riazor a dividirse entre aplausos y silbidos. Sí dio la cara el conjunto coruñés en la primera media hora, pero todo se vino abajo cuando el conjunto catalán encontró la vía adecuada para hacer daño y superar a Manu Fernández, que acabó siendo abucheado.

La fiesta, sin embargo, empezó bien. Es conocido por todos que el Barcelona tiene aficionados por todos los rincones del mundo. A Coruña no es menos. Aunque el Deportivo ocupa el corazón de la mayoría de coruñeses, algunos dejaron ver ayer su pasión por el azulgrana. Eso sí, fuera de Riazor. El equipo que dirige Luis Enrique se encontró con una masa de gente a su llegada a Alvedro y al hotel de concentración, pero una vez que pisó el césped la respuesta de la grada fue un abucheo.

El calendario es caprichoso. No solo ha citado a Dépor y Barça un miércoles, sino que los dos equipos protagonizaron el duelo de la jornada. Unos buscaban sellar cuanto antes la permanencia y los otros agarrarse a una Liga que se les escapaba de los dedos, con Madrid y Atlético acechando peligrosamente. Los deportivistas sabían de la importancia del choque, así que el hecho de que estuviese marcado entre semana no les detuvo. Todo lo contrario. Animados por el día primaveral y el rival, se pusieron sus camisetas y bufandas y llenaron el estadio herculino. Incluso algunos viajaron desde Hong Kong, Tanzania y Suecia. Antes, Manuel Murguía vio desfilar gente sin parar. Igual que Alfonso Molina y la tercera ronda, que registraron atascos sobre las siete de la tarde. Estaba claro: era día de fiesta.

Los cánticos, iniciados en Marathon Inferior, animaron Riazor incluso después del primer gol del Barça. Llegó pronto, en el minuto 11, pero eso no intimidó a los locales. Las intentonas del Dépor se cantaban como goles. Si ya se había empatado en los dos últimos enfrentamientos en el Camp Nou, ¿por qué no en Riazor? El segundo tanto puso las cosas un poco más difíciles. Cambió el guión y también el tema de las canciones: "Ser de los que ganan es muy fácil, ser del Deportivo nos parece mejor".

En la segunda parte, pocas ganas quedaban para seguir dejándose la voz. Rakitic hizo el tercero y Luis Suárez, el cuarto. A partir de ahí, todo fueron suspiros. "Qué vergüenza", gritaban algunos aficionados desde Tribuna. El 0-8 fue demasiado castigo, por lo que algunos optaron por despedir al equipo entre aplausos. Otros, mucho más críticos decidieron pitar los últimos pasos de los jugadores. El Dépor sigue en deuda con Riazor.