La afición del Deportivo encajó con una mezcla de alegría y alivio la consecución del objetivo de la permanencia. Fue toda una liberación tanto para la plantilla como para los seguidores, tan ansiosos como los futbolistas por cerrar de una vez por todas una salvación que parecía en la mano hace meses pero que se fue torciendo a medida que avanzó la segunda vuelta. Al final, tanto sufrimiento valió la pena porque el Dépor garantizó a tiempo su continuidad en la máxima categoría, sin necesidad de jugárselo todo frente al Madrid en la última jornada. La hinchada merecía, por fin, una alegría, y llegó el pasado fin de semana, con el triunfo en El Madrigal. Incluso hubo un grupo de aficionados, más de medio centenar, que acudieron al aeropuerto de Alvedro el domingo por la noche con camisetas, bufandas y algunas pancartas blanquiazules para dar la bienvenida a la expedición nada más aterrizar su vuelo de regreso desde Castellón.

No les importó la incómoda espera, motivada por el retraso en la llegada del avión. Estaba previsto que tomara tierra a las 22.30 horas, pero no lo hizo hasta dos horas después, ya en la madrugada del domingo al lunes. Los futbolistas saludaron a los seguidores y muchos tuvieron que hacer varias paradas en su camino para dejarse hacer fotografías y firmar autógrafos. Los coruñeses Lucas Pérez, Álex Bergantiños y Pedro Mosquera, los tres titulares unas horas antes en el decisivo encuentro de El Madrigal, fueron algunos de los más solicitados.

A la terminal acudieron simpatizantes blanquiazules de todas las edades, muchos de ellos de fuera de A Coruña, dispuestos a saludar al equipo horas después de sellar con un triunfo su continuidad en la elite. Al Dépor le hubiera bastado con empatar contra el Villarreal para evitar igualmente una de las tres últimas plazas, pero cruzó la meta por sí mismo, sin tener que mirar los resultados de sus rivales directos.

Pese al bajón del equipo en la segunda vuelta, el deportivismo siempre estuvo a la altura y nunca dejó de alentar. Lo demostró en numerosas ocasiones esta temporada. Por ejemplo, movilizándose para animar antes de los trascendentales partidos en Riazor contra dos rivales directos como el Levante y el Getafe, o sin ir más lejos en el entrenamiento del pasado sábado, cuando 200 fieles acudieron al estadio para dar el último impulso en la previa de la visita a El Madrigal. Hasta allí, a Vila-Real, se desplazaron más de 300 seguidores blanquiazules para arropar al Deportivo en el estadio amarillo. Al término del encuentro, los jugadores correspondieron con aplausos brindándoles el triunfo.

Una vez renovado el derecho a jugar en Primera División la próxima temporada, el encuentro del próximo sábado se convertirá en una gran fiesta en Riazor, donde el Dépor podrá recibir al Madrid liberado de la exigencia de tener que sumar para salvarse. Los blancos apurarán sus opciones al título de Liga, así que el partido se presenta como muy atractivo de cara al espectador.

4.100 entradas vendidas

Riazor rozará el lleno en el último compromiso de una temporada en la que el Deportivo mostró su mejor cara, por lo general, lejos de su estadio. Pocas victorias le regaló a la hinchada blanquiazul. Solo cuatro, tres de ellas en la primera vuelta, frente a Espanyol (3-0), Celta (2-0) y Eibar (2-0), más la última cosechada el pasado 19 de marzo contra el Levante (2-1). El sábado, ante el Madrid (17.00 horas), buscará la quinta sin ningún tipo de presión. De momento, ya se han vendido 4.100 entradas de público para el cierre liguero en Riazor.