La que podría haber sido la comparecencia más cómoda por parte del entrenador deportivista, Víctor Sánchez del Amo, en lo que va de temporada después de lograr la permanencia hace una semana y en vísperas de recibir al Madrid en Riazor para un partido en el que se decidirá la Liga, se convirtió ayer en un ajuste de cuentas público derivado de la guerra que se vive en el vestuario desde que en Villarreal se alcanzó el umbral de la salvación. Arribas se encargó de poner el preámbulo censurando la decisión del club de no haber prescindido de Luisinho tras el altercado que ambos mantuvieron en el mes de agosto, pero fue Víctor el que cargó las tintas contra el portugués y contra Lopo mediante una comparecencia en la que también destilaba cierto grado de crítica hacia el consejo de administración. "Ha llegado a amenazar al entrenador diciendo que tenía que jugar y que, si no, me iba a crear muchos problemas", denunció sobre el lateral.

Fue casi una hora de intervención, la mayoría reservada a la alocución del técnico en la que detalló los actos de "indisciplina" de los dos futbolistas ahora apartados de la disciplina del grupo, y en la que no admitió preguntas que no estuvieran relacionadas con el partido de esta tarde contra el Madrid. "Quería comentar unas cosas referentes a todo lo que ha venido pasando en los últimos meses y que se ha agravado en las últimas semanas", comenzó el técnico. "Ahora que ya tenemos el objetivo conseguido de la permanencia (...) creo que es momento de hablar de esas cosas y no dejar que se alimenten más especulaciones", añadió para justificar su silencio hasta ayer.

Lo que vino a continuación fue el relato del técnico sobre lo ocurrido hasta apartar a los dos de la disciplina del grupo. Con Luisinho, desveló, los problemas empezaron el curso pasado cuando el volcánico carácter del portugués le llevó a cuestionar las decisiones del entrenador en los partidos contra el Atlético y el Elche. "Vamos perdiendo, hacemos cambios y le sustituimos. Como pasa muchas veces en jugadores que tienen ese comportamiento ante las adversidades, se calienta y pide explicaciones en el vestuario faltando al respeto, de una manera que no corresponde", desveló sobre el encuentro contra los rojiblancos. En aquel entonces se trató de reconducir la situación para que toda la concentración se mantuviera en alcanzar la permanencia en Primera.

Todo se agravó con el famoso incidente con Arribas al comienzo de curso, en el que la pelea sobre el césped se extendió luego al vestuario. El cuerpo técnico propuso una sanción, igual que tras el incidente entre Oriol y Lucas, y del mismo modo que ha hecho con Lopo, al que Víctor acusó de comportamiento "bipolar" y de saltarse entrenamientos. A los dos los responsabilizó en parte del mal rendimiento del equipo en la segunda vuelta sin detenerse mucho más en otros aspectos.