La jornada empezó bien, ya que poco después del mediodía el Deportivo había cerrado un acuerdo con Álvaro Vázquez, el delantero del Getafe. El principal problema estaba zanjado en el día del cierre del mercado. No habría que esperar a última hora como otras tantas veces. El club coruñés había cubierto la vacante dejada por la marcha de Lucas al Arsenal con un jugador de 25 años y experiencia sobrada en Primera, además de su paso durante una campaña por la Premier con el Swansea. Era un hecho, aunque faltaba el anuncio oficial por parte del club, que acostumbra a realizar cuando están todos los papeles firmados. A tres horas de la medianoche saltó la alarma, el delantero y/o su representante decidieron dar marcha atrás y dejar al Deportivo en la estacada para regresar al Espanyol.

A las seis de la tarde de ayer una fuente del club coruñés daba por cerrado el mercado, no llegaría nadie más ni saldría nadie más. Una más tarde, otra persona del club ratificaba esas palabras, aunque con un matiz: "Que alguien venga y pague la cláusula de rescisión de alguno de nuestros futbolistas". Clara referencia a Sidnei, ya que el Valencia insistió hasta el final en el central brasileño. Un interés provocado por la promesa o afirmación de Jorge Mendes de que el defensa deportivista acabaría en el club de Mestalla. Finalmente, Sidnei se queda porque el Deportivo es ahora el que decide.

Incluso el club coruñés trató de incorporar a otro futbolista -cuando ya contaba con Álvaro-, pero los dirigentes decidieron desistir, ya que las condiciones no eran lo ventajosas que se esperaban. El objetivo era dotar al equipo de un atacante, tal como había demandado Gaizka Garitano, el entrenador deportivistaGaizka Garitano, incluso tras el partido del pasado viernes en el Benito Villamarín ante el Betis: "Necesitamos fichar a un delantero". Eso hizo el club, pero al final no fue Álvaro Vázquez sino Joselu.