Bodipo sentenció al Deportivo en Mendizorroza el 13 de mayo de 2006 en una noche de primavera muy caliente en Vitoria. Fue el último partido del Deportivo en Vitoria en Primera. Con su gol dejó al equipo blanquiazul fuera de las plazas para disputar una competición continental, la Intertoto en este caso en la que se había estrenado la temporada anterior. Ese tanto, sin embargo, no sirvió para que su equipo se mantuviese en Primera División.

Solo faltaban doce minutos para el final del partido cuando batió a Molina. En ese momento el equipo vitoriano estaba salvado y el Espanyol en Segunda. Pero en el minuto 90, con el tiempo cumplido, Corominas marcó para el equipo perico ante la Real Sociedad (1-0) y le dio el triunfo a su equipo al tiempo que condenaba al Alavés.

Mendizorroza vivió aquella noche una doble condena, la del Alavés y la del Deportivo. Los locales que se fueron a Segunda y los coruñeses que se quedaron fuera de una competición europea después de muchos años.

El Deportivo tuvo una triste despedida, en unos días en los que Joaquín Caparrós, entonces entrenador blanquiazul, había amenazado con marcharse. Se quedó otra temporada más, pero se libró de la tercera que había firmado para marcharse al Athletic.

Dmitri Piterman, dueño del Alavés, había tenido más problemas que Caparrós. Las piedras llovían por donde él pasaba, y caían incluso en su coche. Los aficionados estaban muy exaltados. El Alavés volvía a Segunda.

Pero no todos se vieron arrastrados a la categoría de plata, uno de los que se salvó quema fue Bodipo, a quien Piterman traspasó al cuadro coruñés. Aquí el delantero se pasó siete temporadas en las que apenas tuvo protagonismo.

Su último gol, ante el Villarreal B, con el ascenso a Primera ya asegurado, fue su último acto de servicio a un equipo al que dejó fuera de Europa en 2006 y al que apenas aportó en los siete años siguientes, ya como deportivista.