En un día de caras largas en Abegondo después de la dolorosa derrota en Balaídos, era necesario un estímulo positivo que compensara la decepción de la goleada encajada frente al Celta. Sin digerir todavía el tropiezo en el derbi, los titulares el domingo en Vigo apenas estuvieron unos minutos sobre los campos de entrenamiento, cabizbajos y por momentos recluidos en uno de los banquillos de la ciudad deportiva.

El contrapunto lo puso Joselu, ausente de las sesiones de la plantilla desde que se lesionara el pasado 11 de septiembre en su estreno con la camiseta blanquiazul en el partido frente al Athletic. El delantero puso la sonrisa en un día amargo al ejercitarse por primera vez desde entonces sobre el césped. Salió a correr en compañía de uno de los fisioterapeutas y no escatimó unos gestos de optimismo terapéuticos en un ambiente decaído.

El delantero dio así un paso adelante en la recuperación del esguince en el ligamento lateral interno de su rodilla derecha que le causó una entrada de Raúl García, pero aún tiene por delante alguna semana más de trabajo en solitario. Los médicos pronosticaron que debería estar un mínimo de dos meses alejado de los terrenos de juego y todavía se encuentra dentro de los plazos. En los siguientes días continuará compaginando el trabajo en el gimnasio con los ejercicios sobre el césped.

La siguiente frontera para Joselu será comenzar a tocar balón y su objetivo es estar disponible para después del parón que habrá en el campeonato en el segundo fin de semana de noviembre. Para entonces se habrán cumplido dos meses desde que Raúl García lesionara al delantero con una entrada a destiempo que no tuvo castigo por parte del árbitro. Su ausencia obligó al club a acudir al mercado de futbolistas en paro con el objetivo de encontrar un reemplazo al que a su vez fue el recambio de última hora de Lucas Pérez. Babel ha cubierto su ausencia, pero sin lograr solucionar los problemas ofensivos que merman al conjunto de Garitano en la competición.