El Deportivo llegó a Balaídos con dudas después de un inicio de campeonato titubeante en el que los resultados no terminaron de acompañar a las sensaciones que transmitió el equipo y se marchó todavía más tocado tras una goleada muy dolorosa ante el eterno rival. Casi nada positivo se puede rescatar del derbi para los blanquiazules, a los que ni siquiera les quedó el consuelo de dejar un buen sabor de boca pese al resultado. Es la contradicción en la que se encuentra sumido ahora mismo un conjunto paralizado, que ha ido empeorando sus registros a medida que su entrenador se entregaba al rendimiento en el marcador como fórmula de evaluar sus planteamientos. Los números, sin embargo, han ido empeorando hasta dejar al técnico y al proyecto en una posición muy delicada.

El gol más allá de Lucas. El Deportivo descubrió el domingo con toda su crudeza las consecuencias de la salida a destiempo de Lucas Pérez. Hasta entonces lo había tan solo barruntado. Los problemas ofensivos del Deportivo, sin embargo, van más allá de la pérdida del delantero coruñés. El equipo ha ido perdiendo capacidad atacante porque carece de un sistema para fabricar oportunidades y crear las situaciones adecuadas para poner en aprietos al rival. Garitano, en una arriesgada maniobra de cara a los jugadores, lamentó la falta de recursos de los que dispone.

Una alineación en entredicho. El entrenador deportivista, sin embargo, fue el primer señalado por lo que ocurrió en Balaídos antes incluso de que se produjese la goleada. La ausencia de Emre Çolak extrañó después de haber sido el jugador más destacado del equipo en los compromisos anteriores y ha encendido las suspicacias alrededor del gobierno del vestuario por parte de Garitano. Lo justificó como una "decisión técnica" que se confirmaría errónea.

El efecto Babel se esfuma. Sin Çolak, uno de los descartados tras viajar a Vigo, el técnico blanquiazul escogió a Babel como acompañante de Andone. Las buenas sensaciones que había dejado en sus primeras apariciones con la camiseta blanquiazul se esfumaron el domingo en Balaídos. Garitano no ocultó que deseaba contar con el holandés en cuanto estuviera en condiciones, pero su titularidad se reveló como prematura. Transitó por el partido con indolencia, sin presencia ofensiva y desatendiendo las obligaciones defensivas.

Un grupo debilitado. "Ayer (por el domingo) salimos ya como... a ver qué nos va a pasar. Esperamos al primer golpe para reaccionar", reconoció Albentosa sobre la mentalidad con la que se afrontó el derbi. La confesión del defensa agranda las dudas acerca del estado anímico en el que se encuentra el equipo después de una serie de reveses que lo han asomado de manera peligrosa a la parte más baja de la clasificación con otro partido de máxima exigencia y dificultad en el horizonte.