Antes de llegar a nuestros días, la llamada Noche de Halloween era tradicionalmente en la que se representaba la obra de Don Juan Tenorio. Este personaje se reencarnó en el día de hoy en la figura de Emre Çolak. Es el único que puede llegar a enamorar de verdad a la afición del Dépor por su clase, visión de juego, clarividencia, elegancia, excepcional golpeo, inteligencia táctica...Todo el caudal ofensivo del equipo a día de hoy descansa en sus botas o en la amplitud ofensiva que puedan dar los laterales en situaciones de 2:1. Marlos Moreno lo intenta de todas las maneras, se esfuerza y trabaja... pero decide mal en los últimos metros y continúa excesivamente ansioso. Andone, parecido: elige mal las zonas de remate y nunca genera sensación de verdadero peligro. El juego es excesivamente directo y tampoco parece que se tengan futbolistas para escoger esa opción yendo a la disputa aérea y al agrupamiento para ganar los segundos balones. La diferencia de Pedro Mosquera con el futbolista que asombró a principios de la temporada pasada, es abismal.

Defensivamente se mantiene cierto orden táctico, pero cuando se decide ejercer presión no se hace ni de forma ordenada ni marcando los tiempos, se llega tarde, el equipo no acompaña en bloque y se hace muy largo con una distancia importante entre las líneas lo que hace al rival, salir cómodo. Cuando se tira la linea defensiva lejos del área, dos riesgos se están corriendo: por un lado, la lentitud de Albentosa fuera de su hábitat natural donde ejerce de gran marcador y dominador del juego aéreo y por otro, la concentración necesaria por parte de todos los componentes de la línea, algo que tampoco parece que sean capaces de mantener durante noventa minutos Juanfran y Luisinho, también por la tendencia que tienen a doblarse continuamente en ataque.

En definitiva: después de diez jornadas disputadas, la mejor noticia es que el equipo está fuera del descenso. La peor, es que da la impresión de que queda mucho que sufrir...