El Deportivo regresó de Sevilla tras su estreno en la Copa del Rey con una nueva derrota que ahonda en la crisis deportiva en la que se encuentra sumido el equipo desde hace semanas. Pero a la racha de resultados negativos se suman ahora los problemas disciplinarios que sacuden al vestuario. El primer incendio tuvo a Emre Çolak como protagonista después de que el centrocampista afeara la decisión de Gaizka Garitano de prescindir de él en la alineación para el derbi ante el Celta y el siguiente se produjo el martes en el Benito Villamarín. El turco, reincidente, ha vuelto a mojar en la salsa de la discordia, pero ahora se le ha unido Alejandro Arribas, sancionado el curso pasado por avivar la guerra civil en la que se convirtió el vestuario en el último tramo del calendario con una comparecencia pública para la que no tenía el permiso del club.

EEl vestuario en el punto de mira. La situación reaviva las dudas sobre el ambiente que se respira en la caseta deportivista, pero desde el club se subraya en que nada tiene que ver con lo ocurrido la temporada pasada con Víctor Sánchez del Amo al frente del equipo. Los roces que puedan existir se achacan a la convivencia cotidiana en un grupo de más de 20 jugadores y se rechaza que se parezca a la situación de desgobierno que se experimentó el curso anterior. En ese sentido, desde el club no se tiene conocimiento de ningún acto de indisciplina por parte de ningún jugador en el partido del martes ante el Betis ni de que Arribas se negase a disputar el encuentro. En ese caso, correspondería al cuerpo técnico trasladar lo ocurrido a la dirección deportiva para que se tomen las medidas correspondientes. El defensa, mientras tanto, negó ayer los hechos a través de las redes sociales.

EEl club mantiene la fe. En medio de esta dinámica negativa, la entidad deportivista insiste en mantener la tranquilidad. Argumentan desde el club que los resultados terminarán llegando y que lo que necesita el equipo es un estímulo positivo que le permita refrendar el trabajo que se está desarrollando. En ese sentido, ya se ha aludido en este comienzo de temporada a los errores arbitrales y a la mala fortuna como responsables en parte de la situación en la clasificación que ocupa actualmente el conjunto blanquiazul. Gaizka Garitano mientras tanto empieza a estar cada vez más cuestionado por un entorno que no encuentra síntomas para el optimismo.

EUn equipo débil. El estreno en la Copa volvió a evidenciar la debilidad del Deportivo en las últimas semanas. Sacudido por resultados crueles, ante el Betis se volvió a mostrar inofensivo e incapaz de sobreponerse a los golpes. La defensa de cinco tampoco ayudó a que el equipo tuviera más fluidez y nuevamente el rival logró doblegar a los deportivistas con poco. Las carencias se evidenciaron nuevamente en la incapacidad del conjunto de Garitano para armar el juego a través de la pelota, a pesar de que nuevamente volvieron a disfrutar de mayor posesión que el contrario.

EJoselu, la nota positiva. El único aspecto positivo de la derrota en Sevilla fue el regreso de Joselu después de más de dos meses y medio apartado por una lesión de rodilla. En los minutos que tuvo ejerció como acompañante de Andone, una fórmula que posiblemente se repita en los siguientes partidos. El delantero sumará un recurso ofensivo más precisamente en la parcela en la que el Deportivo está más limitado y donde más lagunas posee para decantar los partidos. Está por ves si la siguiente oportunidad le llegará en forma de titularidad el lunes contra la Real Sociedad.