Desde que empezó la temporada el Deportivo solo fue capaz de mantener su portería a cero en dos partidos de los catorce que disputó (13 de liga y uno de Copa del Rey). Dos encuentros que le reportaron al cuadro blanquiazul otros tantos puntos porque los jugadores de Gaizka Garitano tampoco fueron capaces de marcar. Betis y Alavés fueron los únicos que se quedaron sin batir la portería coruñesa en este primer tercio de Liga, aunque los béticos lo lograron el pasado martes en la competición de Copa. En total son 23 los goles que recibieron los deportivistas en el torneo de la regularidad, lo que supone encajar casi 1,8 goles por partido. Un porcentaje excesivamente elevado para un equipo que tiene como objetivo la permanencia que, además, está obligado a asegurar por el bien de la supervivencia de la entidad.

Un veterano futbolista blanquiazul estaba estos días ciertamente desencantado por la respuesta del equipo, sobre todo por la escasa aportación que ofrece en la faceta defensiva. "Un equipo que luche por la permanencia lo primero que tiene que hacer es ser fuerte atrás", decía Manín ayer por la tarde. El problema inicial del Deportivo era la falta de acierto, todavía no está resuelto del todo, acentuada con la marcha de Lucas al Arsenal y la lesión de Joselu en su primer partido como blanquiazul. También por el tardío despertar de Andone, que necesitó llegar a la jornada 11ª para estrenarse como goleador deportivista. Ahora lleva tres tantos en el mismo número de partidos de Liga. El rumano acaba cada partido con nota alta. Solo le faltaba el gol y lo encontró. Primero en Granada, después ante el Sevilla en Riazor y finalmente en La Rosaleda frente al Málaga.

Llevan los blanquiazules seis goles a favor en los últimos tres partidos, son cifras que indican el fin de la sequía, pero ese acierto no se tradujo más que en un punto de los últimos nueve. Claro que en Granada le anularon un gol a Babel que era legal y suponía el 0-2 en esos momentos; también es verdad que hubo un claro penalti del sevillista Mercado a Andone que podría haber supuesto el 3-1. Son puntos de menos que no figuran en el casillero del cuadro blanquiazul, pero también es cierto que la fragilidad defensiva de los deportivistas permite que sus rivales se hayan acostumbrado a remontar cuando apenas queda tiempo. De hecho, tanto el Sevilla como el Málaga lo consiguieron en el tiempo añadido.

Encontrar la solidez defensiva necesaria será clave para el resto de la competición, sobre todo para cerrar la portería en los partidos contra rivales directos y para saber cerrar los partidos cuando el equipo está en ventaja. Son ya varios lo encuentros en los que se adelantó en el marcador y acabó cediendo puntos o los tres o, como mínimo, dos. Valencia, Granada y Sevilla son los últimos ejemplos, pero antes ya había sucedido contra el Leganés. El partido de Málaga también podría contar, porque los deportivistas llegaron a igualar un 3-0 adverso, con todo lo que supone en el aspecto anímico, sin embargo acabaron regresando de vacío. Todo porque no existe solidez defensa -que no en la defensa-. En Primera solo seis equipos encajaron más que el Deportivo, Granada Sporting, Osasuna -en descenso-, Valencia, Betis y Leganés.