Hace semanas que el Deportivo ha encontrado una línea a seguir, un fundamento futbolístico que a comienzos de temporada parecía extraviado. Le faltaba acompañarlo de resultados que afianzasen la propuesta de Gaizka Garitano y al mismo tiempo aliviasen la delicada situación del equipo en la clasificación. Las dos victorias consecutivas en casa, además de la imagen mostrada en el Santiago Bernabéu, han confirmado una evolución que se podía adivinar semanas antes. El triunfo ante Osasuna del domingo supone un paso más en la senda de crecimiento en la que desea instalarse el equipo al regreso de las vacaciones navideñas, aunque mañana aún tendrán una oportunidad de afianzar sensaciones en el partido de vuelta de la eliminatoria de Copa ante el Betis.

Un equipo titular reconocible. Garitano apostó por tercera jornada consecutiva por el mismo equipo titular. Con esos once jugadores ha encontrado la estabilidad que le faltó hasta la jornada catorce del campeonato y también el molde con el que desarrollar el modelo de juego que pretende para el Deportivo. Borges y Guilherme se han afianzado como la primera opción para el centro del campo, mientras que Babel y Gil ocupan los costados del ataque. Emre Çolak continúa representando la alternativa para la mediapunta por delante de jugar con dos delanteros.

Mayor seguridad con el balón y sin él. A través de esa alineación el Deportivo ha conseguido equilibrarse. El equipo destacó ante Osasuna por su manejo del balón y las alternativas que introdujo en el juego, pero también brilló sin la pelota y en las transiciones defensivas. El salto cualitativo, sin embargo, ha llegado a través de la manera en la que gestiona la posesión. Ante Osasuna acaparó más del 65%, lo que le permitió controlar el partido con suficiencia. La tarea se la facilitan jugadores como Emre Çolak, capaz de aportar pausa y resguardar la pelota en los momentos más comprometidos, y Carles Gil por la capacidad para asociarse que posee el futbolista valenciano. Con él y con Ryan Babel las bandas adquieren un propósito más colectivo, una filosofía que ni Bruno Gama ni Fayçal Fajr habían sido capaces de imprimirles mientras los dos eran la primera opción de Garitano en las alineaciones.

Andone mantiene la racha. Era el más señalado cuando la principal debilidad del equipo radicaba en la falta de gol, pero se ha instalado en una racha que ha repercutido de la mejor manera en el equipo. El Deportivo ha sido de los conjuntos más goleadores de la categoría en las últimas jornadas y el delantero contabiliza ya seis tantos mientras mantiene en su juego un carácter intenso que se traslada también a la manera en la que todo el equipo afronta las situaciones de ataque favorables.

Babel y su continuidad. Su rendimiento ha colocado al club en otra situación comprometida. Llegó como el recambio del jugador que debía sustituir a Lucas Pérez y ha firmado actuaciones lo suficientemente convincentes como para que le tienten con ofertas tan suculentas como las que le llegaron al delantero coruñés durante el verano. Manifestó su intención de permanecer en el equipo al menos hasta el final de la temporada, pero no parece que el club pueda hacer el esfuerzo necesario para retenerlo. Sobre el campo ha elevado el nivel del equipo por medio de goles y, sobre todo, de fútbol. Mejora cada balón y cada acción en la que interviene tiene mucho sentido para un conjunto hasta hace no mucho muy limitado cuando tenía que asumir la iniciativa.

Vacaciones inoportunas. El Deportivo afrontará el parón navideño con menos agobios después de la victoria ante Osasuna. El descenso lo aleja hasta los cuatro puntos, pero la sensación es que las vacaciones interrumpen una dinámica positiva que el equipo ansiaba desde comienzos de la temporada. La plantilla prefería seguir jugando para aprovechar la buena ola en la que se encontraba y afianzar su crecimiento.