El Deportivo fue de menos a más en Eibar hasta completar un partido decente, lo suficientemente bueno como para haber sumado un punto. En Ipurua volvió a penalizarle su mal arranque, como le ocurriera en la anterior jornada frente a Las Palmas, y sobre todo su falta de contundencia en las dos áreas. En defensa dio demasiadas facilidades al rival, que supo sacar el máximo provecho de sus escasas ocasiones; y en ataque le faltó un punto más de pegada en la segunda parte para superar la muralla de un inspiradísimo Yoel.

Otro mal comienzo. En Ipurua el Dépor salió con un par de velocidades menos que su rival, igual que en el estadio de Gran Canaria una semana antes. Últimamente al equipo coruñés le suele costar bastante entrar de lleno en los partidos y esa dejadez en los compases iniciales le está penalizando. En Riazor encara cada encuentro con mucha valentía y concentración plena desde el minuto uno. A domicilio, donde aún no ha estrenado su casillero de triunfos en lo que va de temporada, tarda más en ser competitivo y, en general, baja su rendimiento.

Siempre a contracorriente. Los dos tantos encajados en el primer cuarto de hora obligaron al Deportivo a ir siempre a remolque en Eibar, con el desgaste adicional que eso supone. Recortó distancias pronto, con el cabezazo de Çolak libre de marca, y eso le permitió afrontar la segunda mitad con renovadas esperanzas de poder arañar al menos un punto en Ipurua.

De dominado a dominador. El Eibar sometió al equipo coruñés en la primera parte, sobre todo en los primeros 20 minutos. En esa fase el conjunto vasco tuvo más el balón y supo conducirlo hasta tres cuartos de campo casi sin encontrar oposición. No dispuso de demasiadas oportunidades claras, pero sí fue capaz de obligar al Dépor a tener que preocuparse mucho más de defender que de atacar. Tras el descanso los de Gaizka Garitano dieron un paso al frente, creyeron más en sí mismos y pasaron de ser dominados a convertirse en dominadores claros, obligando al Eibar a recular y a atrincherarse en su área.

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Eibar 3 - 1 Deportivo

Ocasiones desaprovechadas. En la segunda mitad el Deportivo se sintió mucho más cómodo con la pelota y generó varias ocasiones claras, bastantes para ser un partido fuera de casa. Andone obligó a Yoel a lucirse con dos paradones que acabaron siendo determinantes para el desenlace del encuentro. También Carles Gil acarició el gol a pase de Juanfran. El Eibar, en cambio, necesitó mucho menos para batir a Tyton por tercera vez.

Sin contundencia. Al Dépor le faltó contundencia en ataque a la hora de rematar sus oportunidades y también en defensa para saber alejar el peligro de su propia portería. El segundo y el tercer tanto del Eibar nacen de dos despejes defectuosos, seguidos de sendos despistes colectivos de la zaga, lenta en la salida y mal posicionada. Goles evitables que condenaron al equipo coruñés a su novena derrota en Liga.

Otro penalti a favor no pitado. Tras el partido de Ipurua los futbolistas y el técnico del Deportivo, Gaizka Garitano, lamentaron el error del valenciano Martínez Munuera al no señalar el claro penalti por el derribo de Lejeune sobre Çolak. Otra pena máxima birlada en una temporada en la que el equipo coruñés no está teniendo nada de suerte con los arbitrajes.

Soluciones desde el banquillo. Por primera vez en muchas semanas Gaizka tenía jugadores ofensivos de refresco para buscar la reacción en la recta final. Entraron Kakuta, Marlos Moreno y Joselu, aunque no consiguieron darle otro aire al ataque. El extremo francés, recién fichado en este mercado invernal, ofreció algunos detalles esperanzadores, incluido un caño, en su debut con el Deportivo. Partió desde la banda derecha para ganar varias veces la línea de fondo.