En mayo se cumplirán dos años desde aquel cabezazo in extremis (m.93) con el que Alberto Lopo rescató un empate de San Mamés (1-1) que mantuvo al Deportivo con vida para las últimas dos jornadas de la Liga 2014-15. La permanencia no llegó hasta el último partido, el del agónico 2-2 en el Camp Nou, pero no habría sido posible sin aquel punto arañado en La Catedral. "La base de la salvación estuvo en Bilbao", recuerda el central de 36 años, actualmente sin equipo tras finalizar su etapa en el Nàstic.

-¿Es el gol más inolvidable de su carrera?

-Gracias a Dios he marcado más, pero por la importancia, por el significado que tenía, por lo que nos jugábamos y por cómo fue el partido, es uno de los goles que siempre se queda marcado a fuego. Es bonito recordarlo.

-La gente se acuerda más de los tantos de Lucas y Salomão en el Camp Nou, pero sin aquel empate en San Mamés el Dépor estaba condenado?

-Sí. Prácticamente. No matemáticamente, pero sí que es cierto que si se perdía iba a ser muy complicado. La fe del equipo fue lo que nos hizo empatar ese partido. Habrá gente que lo recuerde más por quién marcó y otra gente que no, esto es así. Yo creo que la base de la salvación estuvo en Bilbao. Luego, está claro que si Lucas y Salomão no hubieran marcado en Barcelona, seguramente no estaríamos en Primera. La importancia fue muy grande en todos los sentidos, tanto en Bilbao, como luego en el partido de casa contra el Levante y después en el Camp Nou.

-Pese a la dificultad máxima de San Mamés, no es un estadio que se le dé mal al Dépor.

-No. Es un campo difícil, no lo voy a descubrir yo ahora. Todo el mundo sabe la dificultad que tiene ese campo y cómo aprieta la gente. El Athletic es siempre un equipo muy aguerrido y complicado, pero también aquel año sabíamos que ellos estaban bien, y a base de hacer las cosas bien el equipo sumó. Pienso que el Dépor este año está bien, aunque esté en esa zona baja, y creo que tiene equipo suficiente para ganar en San Mamés.

-Sin embargo, aún no venció fuera de casa esta temporada.

-Bueno, tiene que haber un día. También ha conseguido muchos empates, que parece que no llenan pero la Liga cada año es más complicada, hay cada vez más nivel y no es fácil ganar. Muchas veces cuando no se puede vencer, hay que empatar, pero está claro que ahora ir de uno en uno no ayuda mucho en la tabla.

-¿Sigue a sus exequipos?

-Sí. Sigo a todos. Me gusta ver cómo van y cómo les salen los partidos. Ahora uno lo ve de otra forma, más tranquilo.

-¿Cree que el Deportivo sufrirá tanto para salvarse como en los dos últimos años?

-No. Muy mal lo tendría que hacer este año otra vez, como nos ha pasado algún año, para que el equipo se viera salvándose en la última jornada. Tiene equipo suficiente para estar tranquilo y a diferencia de otros años, en este, a no ser que cambien mucho las cosas, los tres de abajo son muy señalables, así que vamos a ver cómo va.

-¿Qué balance hace de su etapa más reciente en el Nàstic?

-En Tarragona a nivel de equipo no fue como todos querríamos, el club tuvo que tomar decisiones y ya está. Salimos un par de jugadores y ahora estoy muy tranquilo. Me tomo la vida sin la presión del fútbol y haciendo otras cosas diferentes -está formándose para obtener el título de entrenador UEFA B-. Esto es así. Tarde o temprano, el fútbol va terminando y uno va mirando otras cosas. Tampoco sé si el fútbol ahora mismo se ha terminado o no. Ahí estamos, con tranquilidad.

-¿La puerta sigue abierta para volver a competir?

-Sí. El día que se cierre seré el primero en comunicar que está cerrada, y ya está. Me siento muy orgulloso de mi carrera profesional. Hay tiempo para todo.

-Como agente libre que es puede firmar incluso para esta misma temporada, ¿contempla esa opción?

-Tendría que ser algo que me llamase mucho la atención. No me planteo ahora firmar por ningún equipo porque estoy muy tranquilo viendo el fútbol, como se suele decir, desde detrás de la barrera.

-¿Le hubiese gustado despedirse de otra forma del Deportivo, desde el terreno de juego?

-Bueno, hay grandes jugadores que nunca han tenido la oportunidad de despedirse en el último partido o haciéndole homenajes. Yo estoy con la conciencia muy tranquila, muy muy tranquila, y quien me quiera y me quiere, sabe cómo ha sido Lopo; y los que no, pues también. No tengo ningún problema en ese sentido.