La enorme preocupación por el prolongado bache del Deportivo, que todavía no ha ganado en lo que va de año, llevó a su presidente, Tino Fernández, a visitar Abegondo para reunirse con el cuerpo técnico y los futbolistas antes del entrenamiento de ayer. Fue su manera de visibilizar sobre el terreno la máxima trascendencia que tiene el partido de mañana en Butarque. Se la juegan todos, empezando por el entrenador, Gaizka Garitano, cuya continuidad solo estará garantizada si el Dépor es capaz de lograr en Leganés su primera victoria de la temporada a domicilio. Antes del entrenamiento de ayer, el máximo dirigente del club alentó y responsabilizó al grupo de cara al choque de mañana y, además, mostró su plena confianza en enderezar a tiempo esta delicada situación. "El mensaje del presidente fue muy positivo, incentivándonos a seguir adelante, con el mismo hambre y con más, porque para ganar nos está faltando algo más. Habló hacia todos, transmitiendo que confía en nuestras capacidades para sacar esto adelante. ", explicó luego el centrocampista Celso Borges.

Las alarmas se encendieron definitivamente tras la derrota del pasado fin de semana frente al Alavés, la tercera consecutiva que sufrió el Dépor tras las dos anteriores ante Eibar y Athletic. Tres puntos en los últimos seis partidos, gracias a los empates ante Espanyol, Villarreal y Las Palmas, es el pobre balance de resultados del equipo coruñés este año en Liga. Es decir, de los últimos 18 puntos en juego solo sumó tres, una pésima marca que sitúa a los de Gaizka solo tres puntos por encima de los puestos de descenso. A un solo partido de distancia están Sporting y Granada, mientras que el Leganés, al que el Dépor visitará mañana, solo tiene un punto menos que los coruñeses. De ahí que la de Butarque sea una cita clave para marcar un punto de inflexión en la temporada, en caso de victoria, o bien hundirse definitivamente en el fango de la zona delicada.

Buen tono

El de mañana no es un partido más sino el partido con mayúsculas, el que debe marcar un antes y un después en el temporada. No sirven de nada a estas alturas los méritos ni las buenas sensaciones. De lo que se trata es de sacar adelante el encuentro como sea y , en ese sentido, Tino transmitió al grupo su total confianza en reaccionar desde ya. Fue una charla cargada de "positivismo", en la que el máximo dirigente del club habló "hacia todos, transmitiendo que confiaba en nuestras capacidades para sacar esto adelante". "Él está positivo y manda que seamos positivos ante cualquier situación que se pueda presentar", señaló Borges, agradecido por la visita del "comandante" Tino. Sus palabras fueron en "buen tono", sin llegar a ser "una bronca". "Hay varias formar de hacer llegar un punto de vista sin ser de una manera brusca. Fue bastante elocuente y elegante, como es él", detalló sobre la reunión con el presidente, a la que también asistió el director deportivo, Richard Barral, y el consejero encargado del área deportiva, Fernando Vidal.

Tino quiso transmitir "unión y tranquilidad", porque "estamos todos en la misma galleta". "Todos vamos hacia el mismo lado y remamos todos hacia la misma dirección", añadió Borges. No es habitual que el presidente acuda a un entrenamiento del Deportivo para reunirse con la primera plantilla y el cuerpo técnico. Es un gesto que el máximo dirigente solo hace en contadas ocasiones, cuando la situación es realmente delicada. La actual lo es, por eso Tino recalcó la importancia de encarar el encuentro de Leganés "como una final", y así uno tras otro todos los partidos que faltan hasta final de Liga. "Él está positivo, obviamente es el presidente pero también es aficionado del Dépor, y él nos manda que nosotros también seamos positivos", recalcó el centrocampista.