Los derbis Dépor-Celta son una experiencia muy personal y cada deportivista tiene uno en mente que ha marcado para bien o para mal esa relación que tiene con su club, pero hay algunos clásicos vividos en Riazor, tanto en el viejo Parque de Las Esclavas como en el actual estadio, que suscitan unanimidad y supusieron grandes alegrías para los aficionados blanquiazules que han poblado las gradas desde 1924. Diez historias de 93 años de inolvidables enfrentamientos.

1927. Campeón gallego. El primer derbi ante el Celta se jugó el 9 de noviembre de 1924 y ya ganó el Deportivo 3-0, pero la felicidad plena para sus aficionados llegó el 6 de febrero de 1927. Un tanto del olímpico Joaquín Vázquez hizo el 2-1 y le dio el primer título gallego, una hazaña perseguida durante 21 años. A Coruña estalló de júbilo, lo celebró a lo grande.

1944. Goles y salvación. El primer clásico en Primera ya se había saldado con un 4-0, pero el más disfrutado de los años 40 se produjo el 26 de marzo de 1944. En el minuto 82 iban 1-1 y el partido finalizó 3-2. Lezama llevaba el júbilo a las gradas, Viso ampliaba y el céltico Fuentes añadía incertidumbre. El triunfo supuso la salvación y fue el último del Parque de Riazor.

1954. El póker de Pahíño. Fue el derbi de los bandos equivocados. Pahíño, un histórico olívico, masacró a su exequipo con cuatro goles el 10 de octubre de 1954. El Celta se revolvió y dio la cara con un tanto del coruñés Carlos Torres, pero cayó 4-2. Ningún deportivista ha igualado la hazaña de Pahíño que fue lograda en apenas 65 minutos.

1956. Goleada en Primera. La mayor diferencia de goles en suelo coruñés en Primera se logró el 18 de marzo, un día de fiesta en la ciudad. Las peñas habían inundado las calles y vieron ganar a lo grande a su equipo, con Ángel Zubieta en el banquillo y Pahíño de baja. Un par de dobletes de Bazán y Polo y un gol de Julián Cuenca certificaron la goleada (5-0).

1964. Triunfo y ascenso. Solo hay tres detalles que añaden más morbo a un derbi y son una salvación, el ascenso o un título. Aquel 12 de abril Lamelo y Loureda llevaron al Dépor a Primera División (2-1). La alegría se desbordó de tal manera tras el pitido final que hubo invasión de campo y a Roque Olsen, técnico deportivista, lo pasearon a hombros. Veloso o Padrón, algunos de los que le auparon.

1984. Doblete de Ballesta. Años de victorias agónicas y relación discontinua. El inútil 2-1 de 1980 con el gol de Castro que no evitó el descenso a 2ª B, la locura (4-3) en Copa en 1981 y el 3-0 de la 86-87 antes del penalti de Alvelo. El más vibrante fue el 3-2 del 11 de noviembre de 1984. El año fue malo, pero Riazor se llevó una alegría con el doblete de Ballesta que levantaba el duelo en los últimos minutos.

1999. La bomba de Turu. Llegó el ascenso y Mauro y Bebeto, el Dépor reinaba y ganaba títulos, pero las explosiones en los clásicos regresaron con un argentino que le robó el corazón a Riazor. El 1-1 de la vuelta de Copa del 3 de febrero de 1999 es la única igualada que se cuela en esta relación. Fue celebrada como pocas esa bomba de Turu a un minuto de los penaltis. Su tercer gol en dos semanas al Celta.

1999. Djalma-Mostovoi. Pasaron unos meses y nada cambiaba para Turu que el 18 de diciembre ajusticiaba al Celta (1-0). A pesar de su insistencia, los protagonistas de aquel duelo en el que el Dépor olía a campeón de Liga fueron Djalminha y Mostovoi. Su enfrentamiento en los últimos minutos, su rivalidad y posterior reconciliación forman parte de la historia reciente de los clásicos en A Coruña.

2000. Seísmo en Riazor. Uno de los goles más celebrados de los derbis. Aquel 26 de noviembre Djalminha había comenzado el partido en el banquillo. Necesitó 20 minutos en el campo y unos segundos con la pelota para inventarse un recorte y una vaselina que ponían el 1-0 y hacían temblar Riazor.

2011. Vuelven con fuerza. Muchos deportivistas festejaron al máximo el 3-0 de 2004 que mandó al Celta a Segunda, pero la alegría más grande de esta época llegó el 13 de noviembre de 2011. La larga estadía del Celta en Segunda y la era dorada deportivista dejaron a los aficionados cinco años sin clásicos. Pero volvieron con fuerza. Riazor se vino abajo con aquel 2-1 y el tanto de Lassad.