En su quinto partido como técnico del Deportivo, Pepe Mel vio cómo el Celta -y en particular Iago Aspas- anuló el efecto que envolvió al conjunto coruñés desde su llegada. En cuatro partidos, había sido capaz de amarrar ocho puntos cuando Gaizka Garitano, el anterior entrenador, no había conseguido ganar en el 2017. Y ni siquiera fuera de casa.

Con un ambiente de total euforia tras la victoria ante el Barcelona el pasado domingo, Mel dio continuidad a Joselu y Álex Bergantiños en el once inicial. El coruñés, tan respaldado por la afición, fue uno de los elegidos para formar en el centro del campo junto a Pedro Mosquera y Borges, este último algo más adelantado. En el banquillo, un Guilherme que ya recibió el alta médico. En cuanto a la delantera, Joselu volvió a ser el líder. También metió contra el gigante azulgrana y se ganó la confianza del técnico, que dio entrada a Andone cuando quedaban 25 minutos de juego. Luisinho ocupó el lugar de un sancionado Navarro y Sidnei, todavía con molestias, provocó que la zaga central no cambiase. En las bandas, Fayçal y Bruno Gama. Con eso salió el Deportivo ante un Celta rápido pero sin ocasiones claras de hacer daño en las inmediaciones protegidas por Poroto Lux.

El planteamiento del entrenador blanquiazul no surtió efecto. El trivote recibió algunas críticas pero Mel defendió su dibujo una vez asumida la derrota. De nada sirve arrepentirse. Ese fue su mensaje. Con la entrada de Gil, trató de darle ritmo a los suyos pero llegó un gol de Aspas que golpeó con fuerza a los coruñeses. Intentó hacerse un hueco Andone, sin suerte.

Hasta el momento del tanto del Celta, la igualdad fue total. Aunque el Dépor no era capaz de elaborar jugadas con peligro, sí se sentía cómodo con el balón. Le costó en los primeros minutos, en los que Mosquera se quedaba algo atrás mientras Borges se adelantaba. Corrigió el técnico este desajuste y siguió trabajando su equipo, aunque sin demasiado despliegue.

La tuvo el costarricense al arrancar la segunda mitad tras robarle el balón a Beauvue. Pero falló. Y tampoco en el rechace acertaron los blanquiazules. De esa acción se lamentó Pepe Mel en rueda de prensa. La más clara para un Deportivo que quizá tuvo más ocasiones que su rival. Sin embargo, Aspas llegó con todo y marcó. Una oportunidad, un gol. Suficiente para dar el derbi a los celestes y poner fin a la buena racha de los coruñeses, que desde la llegada del nuevo entrenador no sabían lo que era perder. Anulado el efecto Mel toca hacer borrón y cuenta nueva. Llega el parón, importante para reforzar ciertas carencias, y a pensar en el Valencia. La lucha continúa.