El deportivismo respira tras el triunfo del pasado sábado ante el MálagaMálaga, tres puntos que concedieron a los blanquiazules una ventaja de nueve sobre el descenso (además del golaverage) a falta de seis jornadas para el final; sin embargo esa renta no parece suficiente para que la tranquilidad sea total. Los números no respaldan la afirmación de que la permanencia está hecha y el calendario del Sporting (18º), conduce hacia cierto pesimismo a la parroquia blanquiazul, porque si los asturianos ganasen los seis partidos que faltan -en las 32 jornadas disputadas lograron cinco triunfos- alcanzarían los 40 puntos y obligaría a los coruñeses a sumar nueve más de los que tienen.

Es el Sporting el rival, aunque por debajo también esté el Leganés con cuatro puntos menos que los deportivistas. Los asturianos marcan la línea entre la permanencia y el descenso, una plaza de la que quieren huir; los pepineros, por su parte, son una verdadera amenaza para los blanquiazules, que siempre salen perjudicados en cualquier empate en que también estén los madrileños. Quizá por eso los futbolistas tampoco quieran demasiados festejos. "Es verdad que el otro día (frente al Málaga) dimos un paso muy importante pero los que tenemos experiencias de otras temporadas, sabemos que la gente saca muchos puntos en los últimos partidos y al final estamos a nueve, pero puede que esa distancia se recorte y cuando quedan pocos partidos las urgencias son mayores", recordó ayer Pedro Mosquera en Abegondo, donde refrendó de alguna manera las palabras de Alejandro Arribas en la entrevista que publicó ayer LA OPINIÓN. Ahora se ve todo un poco mejor que antes, pero hasta que no esté matemáticamente confirmado no dan por hecha la permanencia.

Prefieren aferrarse a los números, como hacen los perseguidores, en este caso el Sporting de Gijón, que, aunque parezca un desafío a la lógica a la vista de su durante el curso, ve cómo la estadística avala su sueño de remontar los cinco puntos que lo separan del Leganés, el adversario que tiene más próximo, y de la permanencia. Basta con echar un vistazo a los antecedentes para darse cuenta de que todo es posible en las jornadas finales del campeonato. Desde la temporada 1997-98 (la primera con veinte equipos y liga de tres puntos por victoria), sólo han descendido cinco de los diecinueve equipos que ocupaban la decimoctava posición a seis jornadas del final de la competición. Entre ellos, el Extremadura de la temporada 1998-99, que terminó decimoséptimo, con lo que en la actualidad se hubiera salvado, acabó descendiendo en la promoción por la permanencia que se disputaba entonces.

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El Deportivo fue uno de los equipos que hacen buena esta estadística, pues en la jornada 32 de la temporada 2014-15 era 18º con 28 puntos y finalizó con 35, sumó siete en las últimas seis jornadas, entre ellos el definitivo con el empate en el Camp Nou (2-2) con los goles de Lucas Pérez y Salomão. La diferencia con los asturianos es importante, pero los futbolistas prefieren fiarse de las matemáticas. Con todo, también hay aires de optimismo en el vestuario blanquiazul. "Ahora hemos conseguido abrir un poco más de hueco con los rivales de abajo y nuestro objetivo no tiene que ser la permanencia sino mantener la distancia con los equipos de abajo e incluso aumentarla porque tenemos equipo para ello", destacó Mosquera. El de A Gaiteira apunta hacia arriba. Cierto es que con 31 puntos es difícil lograr la salvación, pero lo lógico es pensar que si los adversarios tienen posibilidades de sumar, el Deportivo también. "Cuando quedan pocos partidos las urgencias son mayores", recordó Mosquera. En Gijón tienen otro mensaje: "Si ganamos a Osasuna (este sábado) nos salvamos seguro", aseguró ayer Duje Cop, delantero del Sporting. ¿Optimismo exagerado dentro de la desesperación?