La agonía del Deportivo continuará una semana más. Con todo a su favor después del tropiezo del Sporting en Villarreal, ante un rival ya descendido y obligado a reaccionar por su mala imagen en los compromisos anteriores, el conjunto de Pepe Mel naufragó ante Osasuna Osasuna el domingo y fue incapaz de lograr la victoria que le hubiera permitido confirmar la permanencia después de una temporada de sinsabores. Rozó el triunfo, pero se le terminó escapando con un gol en propia puerta que amplía la colección de desdichas que ha tenido que afrontar el equipo este curso. La catástrofe persigue a los blanquiazules, que sin embargo se han mostrado como un conjunto débil y sin argumentos para enderezar una situación que solo la incapacidad de los rivales ha evitado que se vuelva irreversible. Las opciones de salvación se mantienen intactas con ocho puntos de ventaja sobre la zona de descenso con nueve por disputarseocho puntos de ventaja , pero la desconfianza hacia sus actuaciones va en aumento al mismo tiempo que se agiganta el cansancio de la afición.

"Frustración" compartida. El empate ante Osasuna sumó una nueva decepción en una temporada en la que el equipo ha racaneado las alegrías a unos aficionados que de nuevo volvieron a movilizarse para una cita trascendental. Alrededor de 700 estuvieron en El Sadar y regresaron sin alcanzar de forma matemática la salvación. Luisinho comprende la "frustración" de los seguidores y al mismo tiempo la comparte. "Es normal, entiendo a la afición. Le tengo cariño porque cuando estuve en un momento más negativo estuvieron a mi lado y estoy con ellos a muerte, sé que es duro para ellos y entiendo esa frustración", destacó el portugués tras el entrenamiento de ayer en la ciudad deportiva de Abegondo. La meta, sin embargo, sigue al alcance de la mano, según Luisinho. "Sabíamos que era un partido en el que podíamos garantizar la salvación y estamos un poco tristes de no poder asegurarla y dar esa alegría a la afición, pero seguimos peleando, estamos más cerca", subrayó.

La ansiedad, un enemigo más. La plantilla encadena semanas conviviendo con la posibilidad de poder certificar su continuidad en Primera División, pero a medida que la va retrasando acumula ansiedad que se traduce en actuaciones poco convincentes como la del domingo en El Sadar. La plantilla no es ajena a ello y reconoce que cada vez tiene más prisa por amarrar la salvación. "Sabemos que la temporada está terminando, que esta plantilla queremos resolver el objetivo lo más rápido posible, pero nos está costando. Yo no dudo de mis compañeros, lo dan todo en el campo, hay momentos mejores que otros, y en el vestuario hay esa frustración de no conseguir los objetivos", reconoció Luisinho.

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El Dépor prepara el partido ante el Espanyol

Otro inicio titubeante. Un gol en los primeros minutos volvió a cuestionar la concentración con la que los deportivistas inician los partidos. "El equipo no ha entrado bien en los últimos partidos pero estamos por delante de otros equipos, tenemos ocho puntos de ventaja, nueve con el golaveraje, y, aunque no nos podemos relajar, dependemos de nosotros mismos", recordó Luisinho. Hubo reacción y el Deportivo consiguió remontar, pero le faltó consistencia para alcanzar un objetivo que se presentaba irrenunciable. "Tenemos que conseguir la salvación lo más rápido posible. Nos falta esa victoria para asegurar la permanencia y luego mirar al futuro, un verano para pensar", añadió el portugués.

Cara y cruz a balón parado. El Deportivo volvió sacar rendimiento a este tipo de acciones. Los dos tantos de Guilherme partieron de jugadas a balón parado, pero al mismo tiempo salió perjudicado porque los goles de Osasuna también llegaron a través de esta clase de jugadas. No termina de acomodarse el conjunto de Mel con la estrategia, porque, a pesar de que destaca como uno de los conjuntos que más rendimiento ofensivo obtiene de ella, también es uno de los que más las sufre defensivamente. El técnico deportivista, que esta vez elogió la actitud y el rendimiento de sus jugadores, solo puso el "pero" de los dos tantos recibidos a través del balón parado.