Último partido de liga, última oportunidad para darle a la afición una alegría. El Dépor lo consiguió. Pero detrás de ese triunfo ante la UD Las Palmas hay más historias. El día empezó con las peñas como protagonistas. Era su día. En las inmediaciones del estadio de Riazor, música y comida para disfrutar de una fiesta que unió a centenares de deportivistas. Charlas, cánticos, cervezas... Un buen rollo que siguió dentro del estadio, aunque los Riazor Blues quisieron acabar con esa euforia para centrarse única y exclusivamente en las protestas.

Al acabar la liga, toca hacer balance y Riazor fue testigo de la opinión de los hinchas más jóvenes del Deportivo. En cuanto ocuparon su sitio en Maratón Inferior, empezaron a cantar: "Los mercenarios se tienen que marchar". Y no fue la única salida que solicitaron. También cargaron contra Tino Fernández pidiéndole que se vaya. Para el presidente tuvieron una pancarta: Feirón III por Tino Fernández. Pero no encontraban el respaldo del resto de aficionados. Ayer no hubo división, sino que los Blues tomaron un camino diferente. "El Dépor somos nosotros", entonaron. Los demás contestaron con silbidos y los jugadores, con goles. Dos que metió Andone y otro de Gil en la primera mitad. Suficiente para hacer sonreír al deportivismo. Mientras, en Maratón, seguían las críticas. Otro tifo: Respecto a afección X, Permanencia V. No quisieron dejar pasar la ocasión de recordarle al club que se ha logrado el objetivo, pero también ha habido mucho sufrimiento hasta la penúltima jornada, en la que el empate en Villarreal confirmó la salvación matemática.

A lo largo de la semana, los Blues ya mostraron su descontento a través de un comunicado en el que informaron de que abandonarían su sitio en el minuto 30. Y lo hicieron. Pero con gritos de "fuera, fuera" del resto de gradas. Su reacción, cortes de manga y protestas. Solos, así se quedaron. Y con un último mensaje: "38 xornadas de folga futbolística ben merecen unha sen animación". Pero no fue así. Cuando dejaron su hueco, la afición se volcó, animó y festejó una victoria necesaria aunque ya nada estaba en juego.

Al descanso, más que comentar el juego de los hombres de Pepe Mel, algunos se centraron en analizar lo que había ocurrido en la grada en la primera mitad. Una división de opiniones que finalizó con el abandono de los Riazor Blues, dispuestos a seguir la fiesta fuera. Se podía escuchar la música procedente de las carpas que montaron la Federación de Peñas en Almirante Cadarso. Bajo el lema #aUniónFaiAForza, peñistas y aficionados compartieron buenos momentos en una cita a la que también acudieron algunos aficionados de Las Palmas que lucían sus camisetas amarillas por la ciudad. Además, los más pequeños se divirtieron en los hinchables.

En la segunda parte, a falta de goles hubo aplausos. Para Roef por su debut y sus paradas. Un estreno para recordar. Para Álex Bergantiños, que ocupó el sitio de Guilherme en el minuto 70. Hasta un cántico dedicaron al coruñés. También Marlos Moreno fue ovacionado cuando pisó el césped y sustituyó a Ola John. Pero como la de Andone ninguna. Todos en pie para despedir al goleador. "Vamos Dépor vamos" cantó todo el estadio en los instantes finales. E hizo la ola. Hacia tiempo que la preocupación no aparecía en A Coruña. Una buena despedida tras un año difícil. En agosto, volverá el fútbol a Riazor.