Pepe Mel inicia hoy sus vacaciones y lo hará "con el teléfono" pegado a la oreja para estar al tanto de las negociaciones que lleve a cabo la dirección deportiva del club, encabezada por Richard Barral, para la incorporación de nuevos futbolistas. El entrenador madrileño había garantizado su continuidad cuando firmó el contrato para sustituir a Gaizka Garitano, pero los dirigentes prefirieron esperar a esta semana antes de certificar que siguiese al mando del primer equipo blanquiazul. Había un compromiso, pero un contrato se rompe previa indemnización. Sin embargo, los miembros del consejo de administración optaron por darle continuidad al técnico que consiguió la salvación del equipo y respetar el acuerdo habían rubricado. "No es lo mismo empezar con un proyecto nuevo, que trabajar contra reloj y con el único objetivo de sumar puntos para salvarse", dicen desde el club. Mel tendrá su oportunidad desde el principio, que es lo que reclamaba, lo que piden todos los entrenadores.

Tino Fernández había asegurado el pasado 21 de abril cuál era el nombre del entrenador del Deportivo en la temporada 2017-18. "Sin ninguna duda, José Mel Pérez. Si se consigue el objetivo, que se va a conseguir, y él se quiere quedar, que creo que quiere, será el técnico de la próxima y, esperamos, muchas más campañas". Desde entonces pasaron muchas cosas, incluido un mensaje a los futbolistas, incluso al cuerpo técnico, porque hasta aquel momento el equipo solo había ganado una vez fuera de casa -Gijón- y así acabó la temporada, con un único triunfo a domicilio en toda la temporada. La efervescencia de la permanencia, alcanzada en la última jornada en Vila-real, y la lógica llevaron a Mel a asegurar una noche en Onda Cero que estaba preparando ya la temporada venidera.

En el Deportivo pretendían respetar el contrato porque quieren, ante todo, encontrar estabilidad en el banquillo, pues desde enero de 2013, cuando el actual consejo de administración se hizo cargo del club, pasaron cinco entrenadores. Un poco en la línea de la temporada del último descenso, 2012-13, cuando fueron tres los inquilinos. Al final y en la última jornada se consumó el descenso ante la Real Sociedad a pesar del intenso trabajo psicológico de Fernando Vázquez. Llegó el nuevo ascenso y el héroe, el de Castrofeito. No estaba pegado al teléfono y, además, unas palabras suyas en un colegio en Arzúa lo sentenciaron. Llegó Víctor Fernández, que nunca pudo hacerse con el equipo; lo sustituyó Víctor Sánchez, que logró la salvación. También en 2015-16, pero su vestuario era una Santa Bárbara. Después Garitano y Mel.

Falta continuidad en el banquillo, aunque a pesar de eso el Deportivo jugará por cuarta temporada consecutiva en Primera División, clave para afrontar la enorme deuda que mantiene con Hacienda, sobre todo. Y el responsable será Pepe Mel, que este mediodía tomará un avión en Alvedro para iniciar sus vacaciones, lo hará sabiendo lo que necesita el equipo aunque, según dijo la semana pasada, no tiene "los nombres". Asegura que no pide mucho, "ya que hay poca pólvora, hay que acertar con el disparo" y algo "normal, que venga lo que más me gusta dentro de la economía del club". Por eso tendrá siempre el teléfono encendido, porque en los próximos días la plantilla empezará a quedar configurada.

Su opinión va a contar, pero la decisión final será del presidente tras escuchar las propuestas de Richard Barral, que se mantiene como el hombre fuerte en el apartado deportivo. Hay cierta decepción por los resultados del equipo en la temporada que acaba de concluir, pero no con la política de fichajes que se ha llevado desde la secretaría técnica, Babel, Andone, Çolak, Guilherme, Carles Gil... son nombres que tuvieron peso a lo largo del curso y tres de ellos seguirán porque son propiedad del club. Como también lo es Juanfran, aunque el lateral está más lejos que cerca de continuar vistiendo la camiseta blanquiazul.