Ha pasado casi un lustro y el zurdo está dando pasos más medidos en su carrera, pero no se rinde: sueña con jugar de blanquiazul.

- ¿Cree que aún puede hacerse un hueco en el primer equipo?

-Claro, yo no renuncio al Dépor, a nada. Aún tengo 21 años y me queda mucho por crecer. Tengo ganas de que llegue la pretemporada, de tener la oportunidad de que Mel me vea y de demostrar que yo también valgo para estar ahí.

- ¿Cuántos años de contrato le quedan con el equipo coruñés?

-Otros dos, la semana que viene se reunirán con mi agente.

- ¿Qué jugador se encontrará el técnico en la pretemporada?

-Pues ya no soy aquel niño que se veía antes. He madurado en mi juego y físicamente. Debuté con 17 años, cuando aún era juvenil, y ya no se nota aquella diferencia.

- Álex, Insua, Róber... Canteranos que llegaron o merodean el primer equipo y que han tenido que ir dando pequeños pasos. ¿Le anima para no desesperar?

-Claro. Son jugadores de nivel que tienen que hacer muchas cosas para quedarse. Para mí en el Dépor hay cantera y futbolistas cedidos que valen para el primer equipo.

- Cuando dio el salto a la élite, ¿no fue todo demasiado rápido?

-Sí. Me fui a Barcelona con 18 años, era otro mundo, no me arrepiento de nada. Hubo fases complicadas, maduré. No todos pueden decir que pertenecieron a ese club, y que se entrenaron con Iniesta, Messi o Xavi. Un orgullo.

- ¿No se depositaron demasiadas esperanzas en usted?

-Era muy joven y la verdad es que se me dio mucho bombo en el Dépor cuando debuté. A veces es difícil de asimilar y hay momentos complicados, pero siempre tuve los pies en el suelo; lo llevé bien.

- ¿Notaba ese peso?

-No, porque era joven y no lo piensas mucho, solo que era un premio y que había que disfrutarlo.

- ¿Aún está agradecido a Fernando Vázquez?

-Mucho. El otro día comí con mi agente y vino él a tomar el café. Es mi padre futbolístico, me dio la oportunidad de jugar en el equipo de mis sueños, de mi vida. Lo vi muy bien. Está triste por lo ocurrido en el Mallorca, pero ya animado para coger otro equipo.

- ¿Le trae recuerdos el partido del Fabril del domingo?

-Claro que sí, aunque yo solo pude jugar el año de la eliminación ante El Palo. Creo que este Fabril lo tiene ahí, es factible, ojalá ascienda. Un equipo en Segunda B es muy importante para seguir subiendo jugadores.

- Si el filial lo logra, ¿está abierto a jugar en Segunda B con ellos la próxima temporada?

-Claro, yo no me cierro ninguna puerta. A ver qué pensamos todas las partes y luego decidiremos.

- En el Fabril no hay excesivos jugadores con trayectoria en Abegondo. Todo por el ascenso a Segunda B. ¿Cómo lo ve?

-A mí me gustaría ver en el Fabril a más jugadores con los que yo jugué, pero sí es cierto que es muy importante ascender, que es lo que está intentando el club. También creo que los jugadores de la casa son totalmente válidos para estar ahí y luchar por subir. En el resto yo ya no me puedo meter porque no son asuntos míos.

- ¿Cómo ha visto al Dépor?

-Sufrió más de lo esperado. Había plantilla para estar algo más arriba y salvarnos tranquilos. El fútbol son estados de ánimo y cuando las cosas van mal, es difícil tirar para arriba. Aun así, se salvó.