David Vidal, ya con el ascenso en el bolsillo, jugó anoche ante la Cultural Leonesa para empezar a dirimir el campeón de Segunda División B, con un 1-1 en la ida. Unas horas antes, frente al mar y mientras preparaba todos los aparejos de buceo en la playa de Las Llanas, hizo un hueco para charlar de pasado, presente y futuro. La vitalidad le desborda y a cada respuesta le acompaña casi siempre una carcajada y varias interpelaciones. Solo se le encoge el discurso y el ánimo cuando habla de su madre.

- ¿Por qué la gente se alegra de los éxitos de David Vidal?

-En esta región me siento muy querido. En 2002 salvamos al Murcia, al año siguiente subimos; ahora otra vez con el Lorca. Me hago 30 o 40 fotos al día con la gente.

- Pero no solo en Murcia...

-Cierto. Me llamaron de A Coruña, de toda España, de Madrid, del norte, de Cádiz, de Andalucía...

- ¿Y por qué?

-Soy un tipo peculiar y especial y también soy el entrenador más longevo del fútbol español. Tengo 66 años y me encuentro muy bien.

- En la celebración se quitó la camiseta y se le ve muy en forma. ¿Cuál es su secreto?

-Sí. Buceo de dos a cuatro horas diarias. Nado mucho, me gusta ver el fondo del mar, es bonito. No voy por coger nada. Hombre, si un día traigo un pulpo o pillo una sepia despistada... Es mi hobby.

- Parecía uno más de la plantilla en medio del festejo...

-Los jugadores me querían cortar el bigote, pero ya les dije que con eso no se negocia. Es intocable porque mis nietos no me conocerían y se pondrían a llorar.

- ¿Qué recuerdos tiene de su etapa en el Dépor?

-Estuve desde el año 67, a mí me fichó Arsenio, profesor de fútbol. Soy una persona eternamente agradecida. Le rogaría a usted que le diera saludos. Soy futbolista por él. Soy de Portosín, a 140 kilómetros de A Coruña, y Arsenio fue el que me metió en el fútbol profesional. Yo estaba en el Fabril y me dijo 'David, hoy va a jugar el Dépor un amistoso ante el Racing, tienes que marcar al delantero centro, que no haga goles y te ficho'. Y así fue. A un tal Germán, lo sequé y me contrató. Es un crack. Cuando voy a A Coruña, siempre voy a visitarlo.

- ¿Viene mucho por la ciudad?

-Aún fui en Navidades, mi hermana trabaja en el Eusebio da Guarda. Voy a contar una cosa que nadie sabe. Llevo hasta las últimas consecuencias mi profesión. Mi madre se murió a los quince días de llegar a Lorca y no le dije nada a nadie. No fui al entierro por quedarme a defender la camiseta del Lorca, porque me dije 'yo a mi madre ya no le puedo hacer nada, pero no puedo estar cuatro días en A Coruña y dejar solos a mis jugadores'. Hablé con la directiva. El presidente es chino y no se lo dije a él, se lo conté al que manda en el Lorca. Lo primero es mi madre, pero antepuse mi profesión. Me necesitaban, porque cuando me ficharon tuve que hacer una minipretemporada y analíticas porque los futbolistas estaban pasados de peso. Lo pasé mal. Cuando llegué aquí, pesaba 86 kilos y ahora estoy en 78. Estoy más chupado que la pipa de un indio.

- ¿Es Arsenio también un referente como entrenador?

-Claro. Recuerdo una anécdota. Un día dimos una conferencia él y yo en el Cortes Inglés de A Coruña. Había unas 500 personas y le dije 'míster, usted cuando me fichó engañó al Dépor porque yo no tenía la técnica esencial para el nivel del Fabril'. Y fue él, cogió el micro y dijo 'sí, pero tú tenías un montón de ilusión y vocación y por eso te contraté, vi en ti un futuro futbolista'. Le di las gracias. Así salió. Me hizo un regate a la gallega. Él me tenía cariño porque yo venía de Portosín y hacía todo lo que él me decía.

- También hay que tener vocación para seguir tantos años en un banquillo, ¿no?

-Ilusión, vocación y que te guste. Para entrenar hay que tenerlos bien puestos. Hay 25 hombres, solo trabajan 11 y 14 miran lo que hacen los otros, hay que saber llevarlos. Hay muy mala uva, quieren jugar todos. La gente se cree que ser entrenador es cualquier cosa. Ahora es cuando más entiendo el juego. Tengo una edad fabulosa y yo no tengo que correr, los que tienen que correr son los futbolistas. Yo debo ser un buen profesor de táctica y estrategia, nada más. Y motivarlos. El entrenador tiene que hablar todos los días con los futbolistas, hay que comunicarse siempre con ellos. Nosotros somos la universidad, los catedráticos de los jugadores.

- Con tanto exfutbolista que a los pocos años de retirarse entrena en Primera, ¿se siente el representante de otro tipo de técnico hecho a sí mismo?

-Claro. Decía un entrenador inglés, donde se inventó el fútbol, que muchos creen saber pero pocos entienden. No hay que confundir nunca esos dos verbos.

- ¿Le queda pena por no haber entrenado al Deportivo?

-Claro que me queda, pero nunca me han llamado. Es igual, no pasa nada. Ha estado allí alguno que yo metí en el fútbol como Lotina. Fue mi ayudante en el Logroñés y, sin embargo, nunca se acordaron de mí. Son circunstancias. Hay cierto tipo de presidentes que no te quieren. Tampoco me preocupa, he sido profesional en 20 o 30 equipos, estoy orgulloso de mi carrera. He sido honrado. Ascendimos a Segunda y aún no sé si voy a quedarme. ¡Cómo están las cosas! El mundo del fútbol es complicado. No quiero participar en tonterías, voy con derecho. Si me quieren, a trabajar y si no, me voy a mi casa.

- ¿Va a seguir en el Lorca?

-Lo lógico es que siguiese, me dijeron verbalmente que tenía un año más de contrato y espero que se cumpla porque ascendimos a Segunda y estuve de primer protagonista. En realidad, me gustaría que me diesen dos años. El primero para consolidar el equipo y el segundo para meternos en los play off. Es lo que quiero.

- ¿Apunta a Primera?

-¿Por qué, no? Ahí está el Cádiz. El año pasado en Segunda B y ahora en play off. ¿Por qué no nosotros? Y tenemos un filial en Tercera que jugó por el ascenso a Segunda B. Hay una cantera magnífica. Precisamente, voy a poner hoy (por ayer) y el domingo a tres jugadores aficionados para foguearlos para la próxima temporada.

- Usted que ha vivido de todo y que empezó en otro tipo de fútbol, ¿cómo llevó el hecho de entenderse con los dueños del Lorca que son de origen chino?

-Se lleva regular. Al hablar hay que hacerlo por medio de un traductor, que es otro chino y no es un hombre de fútbol. Y si le hablas de algún fundamento del juego... El presidente es una persona peculiar porque fue seleccionador chino y entrenador de primera, pero ya se sabe cuál es el ranking de China en el mundo del fútbol. Este hombre da charlas a los jugadores y a los técnicos todas las semanas y me parece bien porque es un hombre sabio, tiene 73 años. Y yo y los jugadores se lo agradecemos. Transmite serenidad y tranquilidad.