La posible salida de Pablo Insua rumbo al Schalke 04 alemán y los acercamientos de otros clubs para incorporar a jugadores deportivistas han priorizado el capítulo de salidas del equipo antes que el de llegadas en el marco de la planificación de la plantilla para la temporada que viene. A once días de que el equipo regrese a los entrenamientos para comenzar a preparar el próximo curso, el club ha cerrado la incorporación de Fede Valverde como refuerzo para el centro del campo, ató de manera definitiva a Guilherme y se aseguró en enero el regreso de Cartabia; pero debe todavía materializar cuatro refuerzos más para satisfacer las demandas de su entrenador, Pepe Mel. Eso será así siempre y cuando no se produzcan bajas inicialmente no previstas.

La oferta alemana por Pablo Insua obliga a alterar el planteamiento original del club, en la misma medida que lo haría en el caso de otros jugadores que han despertado interés en el mercado. Por el defensa de la cantera, sin embargo, sí se ha recibido una oferta formal que lo coloca ante la posibilidad de abandonar de manera definitiva el equipo para recalar en la Bundesliga después de dos jornadas consecutivas a préstamo en el Leganés.

El Schalke ofrece algo más de tres millones de euros más incentivos por el porcentaje mayoritario de la ficha del defensa -el Deportivo conservaría una porción reducida- y así se lo ha trasladado al club, que exige un pago único para traspasar a Insua. La operación, de producirse, replantearía la planificación para la defensa y probablemente frenaría de manera definitiva la prolongación del préstamo de Róber en el Levante.

El caso de Insua es paradigmático en cuanto a la estrategia del club en este mercado. La intención era que se reincorporara a la disciplina deportivista para que Mel pudiera trabajar con él y diera su punto de vista acerca de su futuro, pero la oferta germana es suficiente como para replantear la idea inicial. Así ocurriría también en el caso de jugadores con los que se cuenta para el actual proyecto. La única salvedad es que, a pesar de los acercamientos, no se ha producido una oferta formal por los jugadores relacionados en este mercado con otros equipos. De llegar, como en el caso de Insua, el club pondría en la balanza la importancia de ese futbolista dentro de la plantilla en función de la cantidad económica que estuviera dispuesto a desembolsar el comprador. Esas cifras servirían al mismo tiempo para encontrar sustitutos o reforzar el equipo a mayores.