Sidnei Rechel (1989, Río Grande do Sul-Brasil) está en la lanzadera de salida tras cumplir su tercera temporada en el Deportivo. Su inevitable marcha es lo que llevó a la dirección deportiva a negociar por incorporar al argentino Alexander Barboza, que esta semana cumplió su ciclo de dos años cedido por River Plate al Defensa y Justicia. El brasileño llegó en verano de 2014 a préstamo por el Benfica, tras haber pasado un año gris en el Espanyol; su buen hacer llevó a la directiva a contar con él otra temporada más y, en el verano pasado, a hacerse con sus derechos en propiedad, adelantándose a las intenciones del Valencia. Su marcha, era cuestión de tiempo.

"Sidnei no se marchará por seis millones de euros", afirmó Tino Fernández en una rueda de prensa en la que hizo balance de la temporada recién finalizada. Su cláusula anda por los 12-15 millones, cantidad que parece excesiva para cualquier club europeo o español, sobre todo porque el futbolista todavía ocupa plaza de extracomunitario. Hace ya tiempo solicitó la doble nacionalidad, y se esperaba que a inicios de 2017 pudiese jugar como comunitario, pero todavía continúa a la espera. Solo el fútbol chino, donde su agente se mueve con cierta soltura, tiene capacidad, y además hay equipos dispuestos, para pagar un traspaso que deje una cifra interesante en el club blanquiazul.

La llegada de Fede Valverde, centrocampista cedido por el Madrid y con pasaporte uruguayo, motivó que el Deportivo no haga uso de la opción que tiene sobre Marlos Moreno porque las dos plazas de extranjeros restantes las ocupaban Celso Borges y el propio Sidnei. Pero en los últimos días hubo un acelerón que venía a confirmar que el defensa brasileño no seguiría en la entidad deportivista. Una salida que se suma a la de Pablo Insua al Schalke 04 -pendiente de confirmar oficialmente- y que dejaba a Pepe Mel con tan solo dos centrales, Alejandro Arribas y Raúl Albentosa, que al finalizar el curso también se planteo abandonar el club.

La marcha del central brasileño abre la puerta de entrada a Alexander Barboza, un espigado central que domina bien en el juego aéreo y que tiene una buena zurda para el manejo del balón. Un defensa al que el Muñeco Gallardo le cierra su regreso a River a pesar de sus dos años exitosos en Defensa y Justicia. El mismo Barboza declaró hace dos días a la prensa de su país que ahora es "un jugador mucho más maduro" porque "dos años en Primera no es poco", pero ni su trabajo ni sus palabras convencieron al entrenador del equipo millonario. Independiente quiso aprovecharse y presentó una oferta, pero finalmente desistió. "Hizo una oferta y la retiró al día siguiente", reconoció Rodolfo D'Onofrio, presidente de River Plate a los medio de comunicación de Buenos Aires.

El camino del Deportivo hacia el central quedaba expedito, además el agente del jugador, Hugo Buitrago, deseaba la salida de su representado a España una vez que no tenía cabida en el cuadro millonario. Fue cuando alcanzó un acuerdo con el Deportivo, que ahora negocia con River para cerrar definitivamente el traspaso en una cantidad que ronda los tres millones de euros, un millón más de lo que había ofertado Independiente. A última hora de la noche todavía faltaban por liquidar los clásicos flecos de toda operación deportiva. Lo mismo que sucede con Insua en su caminar hacia el Schalke. Lo que el Deportivo ingrese por el central de Arzúa lo utilizará para traerse al defensa argentino.

Un 'sueño'

Y queda la cantidad que puedan recibir en la plaza de Pontevedra por la venta de Sidnei; será siempre por una cifra que permite "soñar" a los dirigentes con alcanzar la contratación de un atacante "importante". Pendientes de saber con qué cantidad definitiva podrá disponer para fichar, la dirección deportiva se toma más tiempo para dotar de refuerzos a Pepe Mel, un técnico que en menos de una semana estará empezando la pretemporada con los futbolistas de los que disponga. "El mercado va lento", explicó Tino Fernández hace una semana. Y va para todos los equipos. Tanto que el director general del Valencia, Mateo Alemany, manifestó esta semana que "lo importante no es tener buen equipo el 30 de junio, lo importante es tenerlo el 31 de agosto", cuando se cierra el mercado de verano.