Lo ha pasado mal el exdeportivista Luis Alberto en el año que lleva en Roma, pero poco a poco y después de haber sido colocado en el mercado en más de una ocasión empieza a ver la luz al final del tunel. El sevillano, eterno objeto de deseo deportivista para su retorno, ya se ha adaptado. Fue una de las sorpresas en el once de Simone Inzagui para la supercopa italiana tras el affaire Keita y se acabó convirtiendo en uno de los mejores en el campo en la victoria 2-3 ante la Juventus. Jugó como interior, estuvo muy activo, pudo marcar y parece empezar a entenderse con Ciro Immobile, autor de un doblete.

Es una de las grandes sensaciones de la pretemporada de la Lazio y ha confirmado de esta manera lo que apuntó en los últimos partidos de la temporada pasada. No fue titular hasta el último partido de la primera vuelta y hasta entonces solo había entrado en dos ocasiones como suplente. No cambió mucho su situación hasta las últimas fechas del Calcio. Su momento de gloria hasta esta copa que acaba de levantar fue su gol en el descuento que rescató un punto para la Lazio ante el Genoa (2-2). Su disparo desde la frontal desató el delirio entre sus compañeros y los tifosis. A partir de ahí tuvo más protagonismo.

Ahora empieza a acapar los elogios de sus compañeros y la prensa italiana. El sueño del Dépor de repescarlo y juntarlo con Lucas debe esperar. Luis Alberto crece y se afianza en su destino romano.