Pepe Mel dirigió ayer en Abegondo un entrenamiento especialmente intenso tanto por su duración, más de dos horas, como por la exigente carga de trabajo físico y táctico. Y todo bajo una abundante lluvia, salvo una primera parte de ejercicios de prevención al abrigo del gimnasio. Al Deportivo le queda mucho por mejorar tras la mala imagen ofrecida frente al Levante y las soluciones pasan, fundamentalmente, por apretar más que nunca en lo que depende de sí mismo, es decir, las tareas diarias. A eso orienta las rutinas Mel. El empate en el Ciutat de Valencia no dejó a nadie contento en el vestuario blanquiazul, sobre todo por desperdiciar una renta de dos tantos. Por eso el técnico se fue "muy enfadado" del campo granota, según explicó ayer Emre Çolak: "No es muy fácil meter goles fuera. Él también estaba enfadado, como nosotros".

Pese a la ausencia de los internacionales Tyton, Borges, Andone, Valverde y Schär, Mel quiere aprovechar el parón para hacer correcciones y afianzar automatismos. La presión y los movimientos defensivos fueron dos de los aspectos en los que más insistió ayer. "Entrenamos las cosas que no pudimos hacer en el partido para mejorar. Seguro que hemos subido el nivel en los entrenamientos", argumenta el turco.

Tras verse por delante en el marcador el Dépor se echó atrás de manera descarada ante el Levante, que acabó encontrando el justo premio a su valentía y superioridad. Çolak no se explica la razón de ese planteamiento ultradefensivo tras los goles blanquiazules: "Después del 0-2 sin querer nos fuimos a defender y no podemos entenderlo. Hablamos sobre ese tema para solucionarlo". Por lo menos, el Dépor estrenó su casillero de puntuación antes del primer parón liguero, aunque el balance, a juicio del turco, no puede ser satisfactorio. "El partido del Madrid podemos entenderlo pero el otro, ante el Levante, teníamos que ganarlo. Íbamos 0-2. No estamos contentos", resumió.

Sobre su situación personal, Çolak garantiza su continuidad en el Deportivo y descarta que pudiera haber alguna sorpresa de última hora sobre su futuro antes del cierre del mercado. Hace autocrítica y reconoce que su rendimiento suele disminuir fuera de casa en comparación con los partidos de Riazor. El último ejemplo fue en el campo del Levante, donde solo tocó la pelota "dos o tres veces". "No tuvimos mucho el balón y también es mi culpa. Es culpa de todos. Tenemos que mejorar", promete el mediapunta del Deportivo.