El Deportivo tendrá que recomponerse, a la fuerza, si quiere aspirar a tener una temporada relativamente tranquila. De momento, ha empezado la Liga hecho añicos por su extrema fragilidad defensiva. Demasiadas facilidades a los rivales, demasiados regalos, como quedó de manifiesto en el partido del pasado domingo frente a la Real Sociedad. Tres le marcó el Madrid (0-3), dos el Levante (2-2) y cuatro el conjunto donostiarra en Riazor (2-4). En total, nueve tantos en contra en tres jornadas que lo convierten en el equipo más goleado de Primera. Solo en la temporada 1968-69 el Dépor lamentó más goles, once, en los tres primeros encuentros en la máxima categoría, todos saldados con derrota ante Málaga (3-1), Madrid (2-4) y Espanyol (4-0). Ahora, por lo menos, no tiene el casillero de puntuación a cero. Suma uno gracias el empate arañado en el Ciutat de Valencia. Aun así, el actual arranque del Deportivo es el peor desde 1991, cuando empezó el campeonato con tres derrotas consecutivas.

Muchas facilidades, sobre todo a balón parado. Una falta lejana y escorada sin aparente peligro, sacada rápido por la Real, dio lugar al 0-1 porque el Dépor estaba despistado. También fallaron las vigilancias en la acción del 0-2, a la salida de un córner mal defendido. Otro saque de esquina lo remachó Llorente sin oposición para anotar el tercero de los vascos, cuya victoria sentenció Illarramendi con el definitivo 2-4, el segundo en su cuenta particular. Nadie fue capaz de frenar su conducción hacia el área, en otro ejemplo de lo blando que está siendo este Deportivo.

Otro comienzo frío, sin tensión competitiva. El equipo coruñés regaló los primeros minutos ante la Real Sociedad y, cuando se dio cuenta, ya perdía 0-2. No es la primera vez que le sucede en los últimos meses de competición. La pasada temporada también encajó varias veces en los arranques de los partidos por salir al campo con los brazos bajados, sin concentración ni tensión competitiva.

Sobresfuerzo que acabó pasando factura. Con la desventaja inicial de dos tantos, el Dépor no tuvo más remedio que apretar arriba con todo en busca del gol con el que volver a meterse en el partido. Todos hicieron un gran esfuerzo, en especial los dos futbolistas más adelantados: Adrián López y Florin Andone. Las dianas del asturiano en la primera parte y del rumano tras el descanso sirvieron para igualar momentáneamente el marcador. Sin embargo, el Dépor llegó muy justo de fuerzas al tramo final y la Real, con muchos recursos con el balón, impuso su superioridad.

El coraje para reaccionar, lo positivo a nivel colectivo. Al margen de algunas individualidades y del golazo de Adrián, lo más positivo del encuentro ante la Real, casi lo único, fue el coraje que demostró el Deportivo para levantarse tras los dos mazazos iniciales. El equipo tuvo fe para buscar la remontada y fue capaz de hacer lo más difícil, igualar un partido que parecía perdido a las primeras de cambio. Durante muchos minutos creyó en sí mismo y a base de empuje logró encerrar a la Real en su área. Algo a lo que agarrarse de cara al futuro.

Desorganización en la recta final. Durante veinte minutos coincidieron en el campo los tres delanteros -Adrián, Andone y Lucas- para dibujar un 4-3-3 que luego volvió a cambiar tras la entrada de Bakkali por el rumano. El belga se situó en la banda izquierda y a la derecha se escoró Fede Valverde, un mediocentro que tuvo que jugar fuera de sitio en su debut en partido oficial con la camiseta blanquiazul. Tras el 2-2 el Dépor siguió estirándose demasiado, con mucha distancia entre líneas, lo que facilitó que la Real tocara el balón con bastante comodidad en el centro del campo. Hubo cierta desorganización que el equipo acusó en la recta final.

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El Dépor no puede con la Real Sociedad

Futbolistas por debajo de su verdadero nivel. Adrián, Schär y Luisinho fueron los únicos blanquiazules que destacaron en el partido del pasado domingo. Varios compañeros están por debajo de su verdadero nivel. Algunos ejemplos son Juanfran, Sidnei, Mosquera, Bruno Gama o Lucas Pérez. El de Monelos derrochó ganas en su reestreno en Riazor, pero todavía le faltan entrenamientos y, sobre todo, partidos para alcanzar su nivel óptimo después de su atípica pretemporada.

Debate abierto en la portería. Tras la lesión de Rubén Martínez, el elegido de Pepe Mel para situarse bajo los palos fue Przemyslaw Tyton. No tuvo ningún error clamoroso, pero tampoco realizó ninguna parada. Cuatro remates a portería, cuatro goles. El rumano Costel Pantilimon acaba de llegar, pero la inseguridad que transmite el polaco deja abierto el debate sobre quién debe ser el meta titular.

Ganar solidez es el gran objetivo. El Deportivo está demostrando que en ataque tiene variedad y calidad. Andone, Adrián y Lucas pueden mezclar bien a poco que sus compañeros les acompañen. El gran problema no está ahí, sino en la fase defensiva. Urge acabar ya con esa sangría de tantos en contra. El primero en reconocerlo es el entrenador. "Es algo que nos tenemos que hacer ver. No podemos encajar tanto gol", lamentó Mel, que transmitió nerviosismo por sus formas durante la rueda de prensa posterior al partido. También los jugadores hacen autocrítica sobre esa fragilidad atrás. "No podemos permitir que nos hagan tantos goles", aseguró Luisinho tras la última derrota.