Toca el séptimo partido de Liga, el cuarto en Riazor, y el Deportivo afronta ya su segunda final este mediodía frente al Getafe. Mal síntoma cuando el curso apenas acaba de empezar y ni tan siquiera estaba programado el primer examen de evaluación, sin embargo los resultados llevaron al equipo a afrontar reválida tras reválida cuando apenas había echado a andar. Ahora toca la de septiembre. En parte porque el fútbol depende del poder del balón, pero también del que ordena cómo se tiene qué mover y a quién corresponde tenerlo. En el caso del equipo coruñés, este parece más cómodo cuanto menos tiempo lo posee. Incluso Pepe Mel trabajó ese apartado durante esta semana: patada larga y a buscar la segunda jugada.

Es una forma de jugar, un estilo, algo que hasta la fecha no enseñó el conjunto blanquiazul, que en estos seis partidos se mostró muy plano en ataque y más que plano en defensa. Un conjunto de futbolistas unidos por unos colores, pero muy lejos de ser lo que se considera un equipo. Y así es complicado alcanzar los resultados que se pretenden, pueden llegar victorias de forma aislada como puede ser la de hoy o fue la del anterior partido en casa frente al Alavés. Hoy, no se sabe. La validez del trabajo de la semana quedó ayer en suspenso, por lo menos en cuanto a nombres, porque el madrileño le había concedido protagonismo a futbolistas que no entraron ni en la convocatoria: Albentosa y Bruno.

Cierto que lo importante no es el once que enseñe el técnico, porque los conceptos se pueden, y suelen, trabajar sin estar las líneas unidas, puede hacerse en bloques distintos, pero coordinados. Que Albentosa y Bruno se queden fuera es significativo pero puede que no sea trascendente. De la misma manera que tampoco lo será que Edu Expósito y Borja Valle hayan compartido papel con los presuntos titulares -están a tiempo ya que ambos sí están en la convocatoria-. Lo que vale es, lleves peto o no lo lleves, que sepas asimilar el concepto que trata de inculcar el técnico.

Y ahora se trata de enseñar algo, también de ganar. El curso acaba de empezar y los resultados no agobian pero empiezan a apretar; de toda formas lo que más marca es el colectivo, la imagen que pueda mostrar. Enseñar que hay un equipo o enseñar lo que se ha visto hasta ahora, que solo es un grupo de profesionales unidos por una camiseta. A veces la reválida de septiembre daba vida a mucha gente; esta vez solo puede suponer un alivio.