Siete jornadas después del inicio del campeonato, el Deportivo ya ha atravesado su primera crisis seria, puesto en entredicho la continuidad del entrenador y pisado los puestos de descenso. En ese tiempo ha tratado de gestionar con tranquilidad una situación en la que el más golpeado ha sido el técnico, que todavía no ha sido capaz de dotar al equipo de un sello diferenciador. En su búsqueda de soluciones al discreto inicio de campeonato, Pepe Mel ha tratado de buscar alternativas a través de todas las posibilidades que le ofrece la plantilla. Ha cambiado de sistema, de planeamientos y también frecuentemente de alineación. Tanto es así que en lo que va de campeonato no ha repetido el equipo titular en ningún compromiso.

La plantilla ha tenido que afrontar algunas lesiones en este arranque de temporada, pero los cambios han llegado principalmente por la necesidad del técnico de buscar soluciones a una situación que el sábado contra el Getafe ya había alcanzado un punto límite.

El puesto de Mel estaba en juego y el entrenador decidió variar el equipo inicial por séptima vez consecutiva, aunque ni se asomó al once revolucionario con el que había trabajado los días previos para tratar de jugar al despiste ante una cita de tal trascendencia. No entró Albentosa (el único jugador de campo, junto a Saúl que todavía no ha debutado) ni tampoco Edu Expósito, pero la alineación era una vez más inédita.

La única novedad con respecto a la visita al Espanyol fue la de Sidnei, que entró en lugar de un Arribas relegado a la suplencia por su actuación en Cornellá. Los errores del madrileño permitieron al brasileño regresar a la titularidad después de tres jornadas consecutivas fuera de la convocatoria y el amago de revolución de Mel durante la semana se resumió en un cambio de cromos en la posición de central.

El entrenador deportivista decidió mantener la propuesta que ha utilizado en los compromisos más recientes, con Valverde en una falsa posición en la banda que le permite reforzar el centro del campo formado por Guilherme y Celso Borges. También ha mantenido a Lucas Pérez como el único delantero del equipo a pesar de que siempre manifestó que su opción preferida era la de jugar con dos futbolistas en ataque.

La entrada de Emre Çolak en los dos últimos compromisos ha relegado a Andone al banquillo, un lugar en el que no puede ocultar que se siente incómodo. La única ocasión en la que el rumano y Lucas coincidieron de inicio en un encuentro fue ante el Alavés. El equipo consiguió una victoria prácticamente obligada, pero Mel no le dio continuidad a la propuesta que coloca entre sus preferidas. Con el regreso de Adrián las opciones se multiplicarán aún más.