Fernando Vidal presentó su dimisión "irrevocable" en la noche del lunes como miembro del consejo de administración del DeportivoFernando Vidaldimisión consejo Deportivo. Sobre el papel, Vidal tenía a su cargo el área deportiva del club, aunque el presidente, Tino Fernández, había asumido en primera persona esas competencias directas desde finales de 2014, cuando el consejo de administración perdió la confianza en Víctor Fernández.

La renuncia, alegó Vidal en una carta al deportivismo difundida por la web de la entidad ayer, se debe a que no se sentía "todo lo cómodo y a gusto" que deseaba y se exigía para desempeñar "en responsabilidad" sus funciones. La privación de lo que considera su "responsabilidad", el mando autónomo sobre la parcela deportiva del club, y la falta de sintonía con sus compañeros de directiva suponen las principales causas que llevaron a Vidal a presentar la dimisión. El exconsejero blanquiazul se limita a exponer en su carta a la afición que las razones de su dimisión se las transmitió al presidente, pero que "pertenecen" al "ámbito privado" entre ambos.

El Deportivo se limitó a "agradecer muy sinceramente a Fernando Vidal su trabajo, esfuerzo y dedicación desinteresada, fruto de su profundo sentimiento y pasión deportivista, deseándole los mayores éxitos en el futuro".

Nacido en A Coruña en 1962 y atleta del Deportivo durante "más de diez años", Vidal se despidió atribuyéndose la configuración del actual consejo de administración. En su escrito de despedida, Fernando Vidal da su versión de cómo se gestó la candidatura que presentó Tino Fernández. La situación del Deportivo en 2013, cuando acabó sufriendo el segundo descenso consecutivo y se jugó la supervivencia económica y social el "archiconocido" 31 de julio, hizo ver a Vidal que era necesario "un cambio de actores" al frente del club y fue entonces cuando decidió "proponer" a Fernández Pico "la formación de un proyecto común para evitar la desaparición de nuestra centenaria entidad", asegura Vidal en su texto de despedida.

Esa frase y la referente a su conversación "privada" son las únicas menciones a Tino Fernández en la carta de despedida de Fernando Vidal, en la que se limita a referirse al máximo dirigente blanquiazul como "presidente", sin citarle por su nombre. En su carta, Vidal considera un "privilegio" haber formado parte de este consejo de administración, a cuyos integrantes apoyará "en todo momento", como "aficionado, socio y accionista".

"Siempre he estado ligado de una manera u otra a este club desde niño. Y cuando el club se puso en contacto conmigo, en la temporada 2012-2013, ayudé en todo lo que pude de forma económica al anterior consejo [presidido por Augusto César Lendoiro], con el fin de paliar pagos urgentes y necesarios para seguir compitiendo".

Tino Fernández y Fernando Vidal iniciaron de la mano una andadura para liderar un nuevo proyecto que evitase "la desaparición"; el presidente fue el encargado de completar el equipo de dirigentes con Enrique Calvete, Martín Pita, Juan José Jaén y Daniel Ramos. Iniciaron su mandato el 21 de enero de 2014 con el equipo en Segunda División. El 31 de mayo el cuadro dirigido por Fernando Vázquez certificó el ascenso y una plaza en Primera. Fue ese el verano en el que los directivos destituyen al entrenador de Castrofeito antes de iniciar la pretemporada y contratan a Víctor Fernández, una apuesta de Vidal. A mediados de diciembre el técnico aragonés estaba ya cuestionado y el club se puso a buscar un relevo. Ya entonces Tino Fernández había decidido dar un paso al frente y convertirse en el máximo responsable del fichaje del nuevo técnico. Vidal quedaba relegado. Víctor Fernández se mantuvo en el cargo hasta el 8 de abril del año siguiente, tras salvar tres ultimatos.

Más tarde llegó la ratificación del director deportivo, Richard Barral, como "máximo responsable ejecutivo" de la parcela deportiva, como lo presentó Tino Fernández en una rueda de prensa de ese verano, y así lo ha ratificado cada vez que ha tenido oportunidad. Todas las contrataciones eran responsabilidad de la máxima cabeza visible de la parcela deportiva, aunque el fichaje de Víctor Sánchez del Amo fue decisión del presidente. Llegó después, a propuesta de Barral, Gaizka Garitano, que no pudo cumplir los objetivos marcados y fue destituido en febrero pasado a falta de catorce jornadas para el final. Nuevo relevo obligado y en esta oportunidad fue de nuevo el presidente el que decidió que fuese Pepe Mel, ya que las opciones que tenía no le satisfacían. "No es lo mismo contratar a un entrenador para iniciar un proyecto que hacerlo cuando necesitas salvarte", apuntan desde el club. El madrileño no es del agrado de Vidal. Y así lo expuso.

Aunque seguía el día a día y mantenía un contacto muy estrecho con Barral, Vidal se centró más en su niña bonita, el Fabril. Un trabajo de tres años, con nuevos futbolistas, con nuevo técnico, Cristóbal Parralo, y un nuevo coordinador de las categorías inferiores, Albert Gil, llevó al filial a ser campeón de Tercera División y a lograr el ascenso a Segunda B en el primer intento. Ahora es líder de la categoría.

Este era el refugio de Fernando Vidal, conocedor de que su función en el primer equipo ya no era aquella con la que inició su experiencia como integrante del consejo de administración. Todas las decisiones dependían de Barral y eran ratificadas por Tino. Fueron los únicos, salvo excepciones, que conocían los movimientos que dieron durante el pasado mercado de fichajes, y eso no gustaba a Vidal, que seguía ostentando el cargo oficial de responsable del área deportiva. La falta de confianza en él y su incomodidad con la situación que estaba viviendo fomentaron un caldo de cultivo que acabó con su dimisión este lunes.

MENCIÓN A LENDOIRO Y A LA AFICIÓN

En su escrito de despedida, Fernando Vidal también se acordó del expresidente del Deportivo Augusto César Lendoiro y del excapitán blanquiazul Fran González Pérez. "No nos podemos permitir el lujo de que las dos personas más importantes del club en toda su extensa historia, generen división y confrontación"; ambos "son leyendas vivas del deportivismo, los dos, junto a directivos, entrenadores y jugadores de esa época, forjaron la historia más gloriosa en nuestros más de 110 años", asegura el ya exdirigente.

El exconsejero deportivista agradece el apoyo a su familia, a todo el personal del club, a los alcaldes Carlos Negreira y Xulio Ferreiro, a las empresas que forman parte del "mundo Dépor", que personifica en Abanca y Estrella Galicia, y a toda la masa social deportivista, "muy en especial a ese Fondo de Marathon [donde se ubican los Riazor Blues], que desde hace treinta años, año a año, partido a partido, deja toda su alma en ayudar al equipo para llevarlo en volandas".