Celso Borges (San José, 1988) aterrizó en A Coruña después de sus compromisos con la selección con un billete para el Mundial del año que viene y un nuevo corte de pelo. Una apuesta le obligó a raparse la cabeza después de que su país lograse por segunda edición consecutiva clasificarse para el Campeonato del Mundo. Con ello, el centrocampista ha logrado uno de los objetivos que se marcó para esta temporada. El otro pasa por firmar la mejor campaña posible con el Deportivo, en el que ha asumido un nuevo papel como uno de los hombres más importantes de la plantilla.

- ¿Qué supone en lo personal clasificarse para el Mundial?

-Ahora uno afronta la temporada de otra manera porque tenía dos objetivos este año deportivo, uno era con la selección y el segundo es obviamente que vaya lo mejor posible aquí. El haber cumplido uno da cierta satisfacción, pero el trabajo no para.

-En España nos hemos acostumbrado a clasificarnos, ¿qué representa para Costa Rica?

-Es muy importante. No damos por menos el logro que significa eso. Para nosotros, una nación de cuatro millones y medio de personas, el hecho de poder producir lo suficiente y generar lo suficiente para todo un país en términos deportivos es un orgullo, porque toda la gente se ve muy beneficiada de que Costa Rica vaya al Mundial, son muchas áreas que tocamos y está todo el país muy contento.

-Después de sacar billete para el Mundial, ¿una temporada tranquila con el Deportivo?

-Sobre todo eso. Siempre digo que hay que ir cumpliendo los objetivos como vengan: sacar la mayor cantidad de puntos posibles para estar tranquilos y a partir de ahí ver si se pueden cumplir los otros.

-El arranque de temporada, sin embargo, no ha cumplido con las expectativas generadas, ¿cómo lo han asimilado?

-Tratamos de mantenernos positivos, las mayores expectativas siempre las tenemos el grupo de jugadores y el cuerpo técnico. Creo que como se han ido dando las cosas es como hay que tomarlas. No conseguiremos nada recriminándonos lo que ya ha pasado.

-¿Entiende que pueda existir cierta desilusión?

-Es comprensible y nosotros tenemos que convivir con eso. Nosotros somos los primeros que queremos que las cosas vayan bien. Hasta el momento vamos por buen camino, pero hay que transformarlo en que los resultados sean buenos en una temporada larga.

-¿Ha tenido que asumir mayor protagonismo en el vestuario como uno de los veteranos?

-Es una labor de todos, al final es normal que se identifique a los que llevamos varios años aquí como los que deben tomar las riendas del asunto, pero todos ayudamos. Si todo el mundo puede aportar, esas cuestiones se hacen más fáciles. Todos estamos muy concienciados en ello.

-¿Eso también es liderazgo?

-Sí. Es que el liderazgo no es ir y pegar siete gritos cuando las cosas van mal, el liderazgo es llegar temprano a entrenar, coger la pelota cuando la situación está difícil, irse a tratar cuando tienes una lesión, animar a los que quizá están un poco bajos... Hay muchas maneras de liderar y no se puede atribuir tan solo a una cuestión.

-¿Qué trata de transmitirle a los más jóvenes que han llegado al equipo?

-Sobre todo hacerles entender la importancia para este club de estar de una manera regular en Primera División y reconstruir lo que fueron sus épocas de gloria deportiva. Sobre todo hacer entender eso a los más jóvenes, que lo han captado, saber que en todo momento todos vamos a ser importantes y que cada uno dentro de su parcela tiene que ser responsable de lo que hace. Mientras se vaya captando eso, todo va a ir mejor.

-Se le ha visto muy cerca de Fede Valverde, casi como un hermano mayor...

-Yo no diría tanto. Fede es un chico lo suficientemente maduro. Es muy inteligente y se apoya en todos los que le puedan ayudar. A todos les tratamos de ayudar, no solo a él, en lo que podamos. Uno aprende muchísimo de ellos también, estoy hablando como si tuviera 37 años, pero es verdad. Uno aprende absolutamente de todos, de Fede, de Edu Expósito, de Francis... La gente joven que viene empezando son bastante maduros, saben muy bien lo que tienen que hacer y escuchan.

-¿Cómo lo ha visto jugando en la banda?

-Eso ya es decisión del míster, nuestra labor como compañeros es apoyarlo. A todos nos ha tocado alguna vez jugar en posiciones que tal vez no son a las que estamos más acostumbrados, pero hay que tener la voluntad para hacerlo bien y eso Fede lo tiene.

-¿Qué ha cambiado Pepe Mel en el equipo con respecto al año pasado?

-Es distinto. Ya no empiezas los partidos con una necesidad de que si no ganas estás en el pozo. Ahora hay una libertad en cuanto al trabajo que a todos nos transmite tranquilidad.

-Sin embargo parece que el equipo cuando mejor rendimiento ha logrado es en situaciones límite...

-Sí, yo diría que es como pelear contra nosotros mismos y conseguir que cuando no haya esa necesidad podamos sacar también lo mejor. Y así ha sido, pero a veces hemos topado con la mala suerte de no llevarnos los partidos. A veces un resultado te condiciona mucho tu estado mental y es muy diferente una semana de trabajo cuando ganas que cuando pierdes.

-De problemas defensivos se ha pasado a dificultades en la creación, ¿falta equilibrio?

-Siempre hay algo por mejorar. Tenemos un cuerpo técnico muy capaz para ver qué somos capaces de hacer mejor, inclusive cuando ganamos. Si no es la solidez defensiva, serán muchos matices ofensivos. El equipo siempre está en búsqueda de estabilidad.

-Mel ya ha tenido que salvar una situación delicada, ¿cómo lo gestionaron?

-Nosotros tenemos que respaldarlo con resultados. Estaba muy claro cómo estaba la situación y hemos podido sacarla adelante.

-¿Asumió él gran parte de la responsabilidad para descargar de presión a los jugadores?

-Ya no vale la pena comentar nada más de eso. En el fútbol pasan estas cosas y entre todos lo hemos podido sacar adelante.

-Llega el Girona y tienen la posibilidad de sumar en tres partidos consecutivos...

-El objetivo es seguir sumando. Vienen una serie de partidos muy importantes para nosotros. Los partidos en casa han salido bastante bien, pero para ser protagonistas en la Liga hay que sacar también puntos fuera.