La incorporación de Cristóbal Parralo al primer equipo hasta final de temporada es un gran acierto desde mi punto de vista, pues está demostrando en el Fabril su gran capacidad táctica y dominio grupal que será de gran ayuda para un Deportivo que no estaba gustando a nadie, seguramente se vea un cambio radical en la manera de jugar en la que se pasará a tener más juego asociativo buscando siempre la progresión y evitando en la medida de lo posible el juego horizontal y monótono que se estaba viendo hasta ahora.

Cristóbal es un técnico al que le gusta sacar el balón jugado desde atrás, con dos laterales muy ofensivos y con dos medio centros que tengan el control del balón y sean organizativos. Suele apostar por uno más de corte defensivo y por un segundo que organice el juego el equipo. Es un entrenador muy vertical, que busca continuamente que sus futbolistas miren hacia la portería adversaria, pero siempre con el control de la pelota. Ya escuché si con él en el banquillo podría ser el momento de Edu Expósito, pero creo que pude ser precipitado porque en estos momentos el Deportivo necesita resultados y darle entrada ahora podría ser cargarle con exceso de responsabilidad.

De todas formas, Cristóbal conoce bien al primer equipo, ya que lo siguió en casi todos los partidos que no le coincidían con el Fabril, y sabe perfectamente lo que tiene que hacer para sacar el rendimiento adecuado a los futbolistas. No sé si mantendrá el mismo esquema que utilizaba en el filial, esos números que tanto nos gustan cuando somos aficionados, pero acostumbraba a utilizar un 4-2-3-1, con gente mirando hacia arriba, insisto, y con mucha presión.

Espero y deseo que tenga mucha suerte ya que es un premio merecidísimo para un muy buen entrenador, a pesar de las críticas que recibió tras los primeros partidos de la temporada pasada en los que se estrenaba como entrenador del filial. Además, su bagaje como futbolista profesional le permitirá tener un gran respeto en el vestuario, porque muy pocos jugadores tienen el curriculum que él tiene como jugador.

Y acabo con un apunte del partido que supuso el fin de Pepe Mel como entrenador del Deportivo. Independientemente de las decisiones del árbitro, acertadas o no, la impresión que me dio el equipo es muy negativa pues no se vio capacidad de reacción y fluidez en el juego para descomponer una línea de cinco en defensa que es como planteó el partido el Girona. Además, seguimos con problemas en la portería, siento mucho decirlo pero es muy pronto para Francis, le faltan muchas cosas y no aporta la tranquilidad suficiente que necesita un equipo de Primera División.