Sereno y con discurso medido, Cristóbal Parralo compareció ayer por la tarde en la ciudad deportiva de Abegondo por primera vez como nuevo entrenador deportivista. Lo hizo "ilusionado" por la oportunidad que se le presenta tras ser el escogido por el club para relevar a Pepe Mel tras la destitución del madrileño y "convencido" de sus posibilidades a pesar del desafío que supone dar el "salto" desde el filial.

"Estoy convencido de que las cosas van a salir bien y así se lo he transmitido al equipo", aseguró sobre la forma en la que ha encarado el encargo de la directiva.

Cristóbal, sin embargo, reconoció que tomar las riendas de la primera plantilla representa un desafío de primer orden dada la experiencia en los banquillos que acumula hasta la fecha. Es consciente de la presión que pueda existir, pero al mismo tiempo subrayó su "confianza" en que la experiencia sea satisfactoria. "Tengo mucha tranquilidad y confianza en mi trabajo y en el del cuerpo técnico", aseguró. "Siempre he dicho que los entrenadores siempre trabajamos con presión y eso hay que aceptarlo", reflexionó acerca de lo que se encontrará en el banquillo de la primera plantilla. "No tengo ningún miedo y trabajo para ganar cada partido. Lo importante es que el equipo tenga una identidad, que sea reconocible y que tengamos bien claro lo que queremos hacer en el campo", añadió.

Precisamente es la filosofía que pretende implantar en el equipo lo que ha despertado mayores ilusiones después de su nombramiento. La afición mira con esperanza su trabajo en el Fabril como la garantía para que el conjunto deportivista adquiera la personalidad y el estilo que le ha faltado en los últimos meses.

Ayer confirmó que su ideario pasa por lograr que el equipo sea atrevido en la presión y al mismo tiempo se sienta "protagonista" en los partidos. Está convencido de que con los jugadores de los que dispone es una meta realista. "Me gustaría que fuésemos protagonistas, un equipo presionante, que recupere lo más arriba posible, con velocidad y que aproveche la amplitud del terreno de juego. Hay jugadores con suficiente calidad para desarrollar esa propuesta de juego", comentó tras la sesión de ayer en la ciudad deportiva.

Eso no quiere decir que su filosofía se circunscriba a un solo esquema, por más que con el Fabril haya empleado de manera más habitual el 4-3-3 y el 4-2-3-1. "Últimamente he utilizado el 4-2-3-1 pero aquí tengo que analizar mejor todo", apuntó. "Vamos a intentar jugar cada partido como mejor nos interese. No soy un entrenador de un sistema cerrado, me intento adaptar a los jugadores que tengo y sacar el máximo rendimiento", señaló.

Cristóbal afrontará así su primer gran desafío en los banquillos después de una carrera dilatadísima en la que estuvo a las órdenes de algunos de los entrenadores de mayor renombre. Cruyff, Aragonés o Antic fueron algunos de sus técnicos y de todos aprendió, aunque tras su nombramiento haya sobresalido por encima de todos el nombre del holandés. "Cambió la manera de jugar al fútbol, un fútbol de toque, de presión. Guardo muy buenos recuerdos de él, pero ni yo juego como él ni pretendo hacerlo. Tengo mi idea. Seguramente he cogido cosas de todos los entrenadores que he tenido y ahora tengo mi método y espero que acabe calando en el equipo y haga disfrutar a la afición", manifestó sobre sus influencias como entrenador.

El nuevo técnico blanquiazul también se refirió a la manera en la que le recibió la plantilla. "Hoy (por ayer) mucho mejor, ayer (el martes) estábamos un poco descolocados. Fue algo que ni yo ni los jugadores teníamos previsto. Es verdad que nos pilló a todos un poco desprevenidos", indicó. Al mismo tiempo, desveló cómo el presidente, Tino Fernández, le comunicó su nombramiento. "Ayer hablamos, me comentó la posibilidad y nada más. Fue todo así, hasta el mismo día de ayer (el martes) no sabía nada y la verdad es que por un lado estoy triste por sustituir a un compañero pero por otro contento por poder dar este salto y trabajar en la primera plantilla", reconoció.