Ni siquiera en la Copa del Rey, en el día del estreno de Cristóbal en el banquillo, encontró consuelo el Deportivo a su preocupante situación. Se llevó una dolorosa goleada, pero pudo salir todavía más escaldado víctima de su debilidad defensiva, el sorprendente acierto de Las Palmas y una expulsión de Juanfran antes de la media hora que abortó cualquier posibilidad de reacción.

El Deportivo, después de su enésimo revés en el banquillo, necesita construir un nuevo relato. El de su nuevo técnico parte de una apuesta futbolística atrevida y respetuosa con el espectador, precisamente los rasgos por los que fue promocionado desde el Fabril. El problema, sin embargo, sobreviene cuando ese relato no coincide con la realidad. Es pronto, el compromiso de ayer representaba su estreno, pero al equipo simplemente se le adivinó esa filosofía al comienzo. Salió con atrevimiento, con la intención de presionar la salida de balón del rival, y cuando aún no se había cumplido el primer minuto tuvo una ocasión que podría haberle puesto el partido cuesta abajo.

De tan adelantadas que tenía las líneas el conjunto blanquiazul, Schär acabó asomándose al balcón del área para soltar un disparo que se estrelló en el palo izquierdo de Lizoain. De entrada, el planteamiento era otro y el esquema también. Cristóbal ambicionó dominar desde la alineación colocando a Guilherme, Valverde y Edu Expósito en el centro del campo, pero enseguida sus jugadores perdieron de vista la pelota.

Algo parecido le pasó a Juanfran en el primer tanto de Las Palmas. No se olvidó del balón, pero tan solo pudo seguir con la mirada la incorporación de Dani Castellano hasta las mismas narices de Tyton. Allí, enfrente del polaco, remató al larguero ante la pasividad de la defensa. No acabó ahí el calvario de Juanfran, que se encargó de romper el fuera de juego para que Momo pusiera por delante a los canarios con la ayuda de Tyton, incapaz de desviar una pelota que se le coló por debajo. El primer disparo rival sirvió para confirmar que, más allá de planteamientos o esquemas, el Deportivo tiene un problema en la portería que debería resolver para no agravar sus problemas.

Era el minuto siete y para entonces el Deportivo todavía buscaba su lugar en el campo. Las Palmas se dio cuenta y aprovechó para aumentar su ventaja. Otro desajuste defensivo permitió a los visitantes trenzar una jugada en tres cuartos de campo que acabó con Momo rematando a placer ante Tyton. Dos remates y dos goles. Todo volvió a nacer de un error individual.

Sidnei rifó el balón cerca del campo y propició la incorporación de varios jugadores canarios sin que el conjunto de Cristóbal terminara de armarse defensivamente. Juanfran se equivocó con la marca y Expósito llegó tarde en la ayuda para frenar un servicio hacia Momo al límite del fuera de juego.

Fue la primera acción dudosa a la que tuvo que enfrentarse Mateu Lahoz, que poco antes había amonestado a Expósito por fingir un derribo en el área. El peculiar colegiado valenciano reclamaría su cuota de protagonismo al filo de la media hora y además contaría con la colaboración de otro que tampoco suele rechazar los focos. Juanfran cometió una falta que Mateu castigó con tarjeta amarilla y que el lateral protestó de manera repetitiva aunque no demasiado airada. Presumiendo el defensa como suele hacerlo de lo mucho que escudriña los partidos del campeonato, debería saber que el árbitro valenciano no suele aceptar este tipo de órdagos, o no al menos los de jugadores de conjuntos modestos. Juanfran acabó expulsado y su equipo con la amenaza de salir trasquilado en el estreno del nuevo entrenador.

Las Palmas tendría alguna oportunidad de ampliar la ventaja ante un equipo preso por entonces de una ansiedad que se trasladó a la grada. Los silbidos empezaron a aflorar ante la sorpresa de algunos, Le ocurrió a Lucas, que tras sacar de manera defectuosa un córner en el fondo de Maratón pareció pedir explicaciones por los reproches que le llegaban desde el graderío.

Todo le salía cruz a los deportivistas, que incluso vieron como Mateu les escamoteaba un penalti antes del descanso después de interpretar que Guilherme fingió una caída en el área. Hubo contacto, pero también cierta exageración por parte del brasileño.

Los síntomas no permitían albergar esperanzas de una reacción, pero el Deportivo salió con otros ánimos en el segundo tiempo. Le puso algo más de fútbol e incluso rozó la igualada después de que Lucas recortase distancias con un remate de cabeza. El empate lo tuvo por partida doble Fede Valverde, que primero no consiguió dirigir un remate a bocajarro ante Lizoain e instantes después no llegó a conectar un remate en la línea de gol.

Y como ayer las desgracias no venían solas para los deportivistas, solo unos minutos después Calleri despacharía de primeras la Copa para los blanquiazules colocando el tercero y el cuarto en el marcador.