La hora del partido daba para tomar los callos y poco más. Numerosos deportivistas de fuera de la ciudad llenaron los locales próximos al estadio, incluso acompañados de algún atlético. También los hubo que llegaron pertrechados desde sus lugares de destino para degustar la comida en un tiempo casi récord, como fue el caso de la gente que llegó desde la zona de Lugo. "Vienen con nécoras de Burela y las tenemos que disfrutar antes del partido; sin tiempo, pero no las vamos a dejar", aseguró en seguidor deportivista sobre sus amigos blanquiazules de la provincia luguesa. "Era mejor hacer una merienda cena, pero?".

Los horarios que está "padeciendo" el Deportivo no favorecen nada la asistencia de los seguidores de fuera que también pagan sus carnés, pero asumen que se tienen que acostumbrar. "Menos mal que el club se hacer cargo del desplazamiento con Destino Riazor, porque entre la gasolina y la comida nos sale un pico venir a los partidos", reconoce un socio lucense.

Ayer era un día para el recuerdo para los Blues, como sucede cada vez que viene el Atlético. Faltan 25 días para que se cumplan tres años de la muerte de Jimmy a la vera del Manzanares, pero sus compañeros recordaron con mayor insistencia que en los demás encuentros. "¡Jimmy vive!" entonaron desde Maratón. Solo faltó el triunfo para completar el homenaje.