Laure persiguió su sueño de ser futbolista profesional al fichar por uno de los mejores fabriles de la historia y en unos meses estaba en el Dépor, en el que pasó una década. "No lo hubiera imaginado ni en el mejor de mis sueños. Un club tan histórico...", confiesa aún sorprendido. Acabó siendo una de las referencias en el vestuario, pero los minutos escaseaban y en verano tomó la decisión de irse, ya que en Madrid le reclamaba también un problema personal. Rompió a llorar en su despedida y aún se emociona evocando su pasado blanquiazul, pero ha logrado lo que quería: ha disputado todos los minutos con el Alcorcón, fue elegido por la afición como mejor jugador de octubre y hasta marca goles. Un deportivista en la distancia que vuelve a ser feliz.

- Si lo eligen como el mejor jugador de su equipo es que está en un buen momento y a gusto, ¿cómo se encuentra?

-Es una recompensa a lo que hago y dan ganas de seguir para que todos estén contentos conmigo. Estoy feliz por el grupo humano que ha hecho el Alcorcón, que ha apostado por jugadores con experiencia y por hacer un buen año. Y que sigan llegando las victorias, que es lo que te va dando alegría.

- ¿Ha conseguido lo que deseaba cuando decidió marcharse?

-Sí. Lo primero fue el asunto personal y que creíamos que se había acabado un ciclo en el Dépor. En mi último año no había podido aportar todo lo que yo quería y siempre tuve claro que lo primero era no ser un estorbo. Siempre sumar. Al final lo que da la felicidad es jugar regularmente, sentirte importante y estar cada domingo en el campo compitiendo. Todo eso te da mucha alegría y ahora lo disfruto.

- ¿Echa de menos A Coruña?

-Mucho. Tengo muy buenos amigos, mi vida estaba prácticamente hecha. Algún día volveré y me preparé para hacerlo. Y si no puede ser al club, regresaré para vivir allí, porque es una ciudad donde se está de maravilla.

- ¿Entrenador?

-Todavía no me veo como primero, más como segundo, en categorías inferiores o incluso en el filial. Quiero prepararme y ver de lo que soy capaz de hacer, de transmitir. En el fútbol puedes saber mucho, pero lo importante es que sepas llegar a la gente, inculcarlo a tus jugadores. Vivo mucho este deporte y te das cuenta de lo que vas aprendiendo cada día, de lo que vas procesando de un lado y de otro y me gustaría plasmarlo.

- ¿Cómo está viendo al Dépor desde la distancia?

-Sufriendo mucho. He visto casi todos los partidos que ha jugado. Le faltaba algo y poco a poco lo va a ir encontrando.

- Usted habla a menudo con sus excompañeros, incluso vio al Fabril este año en Fuenlabrada. ¿Qué le comentan? ¿Qué le parece a usted Cristóbal?

-Son muy buenas las referencias que me llegan. El Dépor tiene una idea clara de lo que hacer, tanto en defensa como en ataque, y va a ser un equipo. Se va a priorizar, sobre todo, el juego en conjunto y que cada futbolista esté en su posición. En Primera con la igualdad que hay es importantísimo que cada jugador sepa lo que tiene que hacer.

- Hace muy poco fue padre. Su hijo es coruñés, pero ¿será también deportivista?

-Eso seguro. Se lo vamos a inculcar desde el primer día. Estamos deseando que sea un poquito consciente para decirle de dónde es. Y yo tengo muchas ganas de ir a Riazor para ver la reforma de la grada, cómo han quedado los nuevos banquillos. Los he visto por la tele, pero no es lo mismo, a ver si me puedo escapar a algún partido. También tengo que decir que estamos contentos en Alcorcón, nos han acogido de maravilla y estamos haciendo una vida tranquila y familiar, nos hemos adaptado muy bien.

- A mucha gente en A Coruña se le hace raro ver un vestuario sin usted, Álex o Germán Lux. ¿Es consciente de que le siguen teniendo mucho aprecio?

-Estoy encantado con el afecto que he recibido siempre, con el cariño que tengo de la gente. Está claro que a mí también se me hace un nudo en la garganta cada vez que veo al Dépor y no estoy yo allí, pero al final la gente pasa y los jugadores tienen unas épocas en los clubes y la mía ya terminó. Estoy muy orgulloso de todo.