Alcanzado diciembre, el Deportivo afronta un tramo decisivo de la temporada en un momento especialmente delicado. Superado un tercio del campeonato, la puntuación del conjunto blanquiazul está lejos de las expectativas fijadas al comienzo del curso y compromete el resto de la Liga precisamente en un momento en el que el equipo afronta un tramo especialmente empinado del calendario. A la vuelta de la esquina y para cerrar la primera vuelta esperan Barcelona, Celta y Villarreal, por lo que el compromiso de esta semana en Riazor ante el Leganés adquiere tintes trascendentales con tan solo 12 puntos en el zurrón. La cifra es pobre si se atiende a las metas establecidas por el club y destaca la nula evolución con respecto a las últimas temporadas.

La derrota en Sevilla del sábado ha dejado al equipo a dos puntos del descenso y en una posición similar a la de las temporadas más recientes en Primera División. Exceptuando el curso 2015-16, en el que el equipo marchaba a estas alturas en una cómoda sexta posición con 22 puntos, en los otros dos desde el último ascenso coqueteaba con los puestos comprometidos. En esas dos ocasiones el equipo alcanzó el mes de diciembre agobiado por la falta de resultados y en unas condiciones similares a las que recibirá al Leganés el sábado.

En la temporada inmediatamente posterior a su regreso de Segunda División (2014-15), el Deportivo se encontraba en puestos de descenso después de las primeras catorce jornadas del campeonato. Hace tres años, con Víctor Fernández al frente de la plantilla, ocupaba la decimonovena posición con tan solo diez puntos, dos menos que los actuales. El conjunto blanquiazul había ganado dos partidos, había empatado cuatro y perdido ocho. La salvación, sin embargo, no la veía lejana porque el equipo que marcaba la permanencia tenía la misma puntuación. Un triunfo en la siguiente jornada (1-0 ante el Elche) le aportó a los deportivistas la tranquilidad que necesitaba, la misma que buscará el sábado con una victoria ante el Leganés.

Las expectativas del club este curso, sin embargo, no pasaban por encontrarse en una situación parecida a la de su regreso desde Segunda División. La meta era más bien asomarse a la zona media-alta de la clasificación como en la temporada 2015-16, en la que un espléndido inicio de campeonato dejó a los blanquiazules en posiciones europeas tras catorce jornadas.

Desde el club se pensaba que se había escarmentado tras el titubeante comienzo de la campaña pasada, en la que los malos resultados del primer tercio del campeonato hipotecaron toda la temporada. El año pasado a estas alturas el Deportivo contabilizaba un punto más que actualmente (13) y se encontraba fuera de los puestos de descenso. Lo estaba precisamente porque en esa jornada número 14 logró un triunfo balsámico ante la Real Sociedad en Riazor (5-1) que permitió espantar parte de las dudas. Precisamente eso buscará el sábado contra el Leganés.