Emre Çolak se ha acostumbrado a convivir con la sospecha. El menudo centrocampista turco está habituado desde que aterrizara en el equipo el verano pasado a que se cuestione su encaje en el equipo. Sus habilidad con la pelota está de sobra contrastada, pero no así una capacidad de sacrificio que a menudo se emplea para poner en duda su presencia en las alineaciones. La llegada de Cristóbal al banquillo limitó todavía más sus oportunidades, confirmando que, de primeras, al turco se le mira con recelo. "Cuando viene un entrenador nuevo, siempre empiezo en el banquillo. No lo entiendo", se rebeló ayer contra la falta de minutos que ha experimentando tras la destitución de Pepe Mel.

La oportunidad le llegó el sábado pasado ante el Leganés en un partido trascendental para los deportivistas. Convenció por el dominio de la pelota que aportó al equipo y por las soluciones que fue capaz de aportar al ataque como complemento de Adrián y Carles Gil. "Espero jugar esta semana también", aseguró sobre la visita al Camp Nou, aunque es consciente de que el partido se parecerá en poco al disputado frente al Leganés. "El Barça es un equipo grande y sabemos que ellos juegan bien, pero nosotros tenemos que jugar como un equipo y correr como un equipo", reflexionó. "Yo también voy a correr más y a ayudar a mis compañeros en defensa", prometió el centrocampista turco.