En horas bajas y muy necesitados llegan Deportivo y Celta al primer derbi de la temporada, separados por solo tres puntos y ambos con la sensación de que el que pierda esta tarde quedará muy tocado, casi hundido. Sobre todo en el caso del equipo coruñés, que afronta su último partido del año angustiado por verse en puestos de descenso. Le urgen los puntos, especialmente estos tres. Por su importancia clasificatoria, pero también para regalar un triunfo tan singular y emotivo a la afición blanquiazul, siempre fiel pese a haberse llevado bastantes más decepciones que alegrías en este amargo 2017 que termina igual que empezó, con el Dépor al borde del precipicio.

Un año más el equipo coruñés no ha cumplido con las expectativas, pero una victoria ante el Celta antes de tomar las uvas marcaría un punto de inflexión para el futuro inmediato pese al difícil calendario que le espera al Deportivo en enero, con Villarreal, Valencia y Madrid en el horizonte. Ganar el derbi no lo sacaría del lío, pero por lo menos llenaría los niveles de autoestima, tanto de los jugadores como del público, y serviría para mantener las distancias con respecto a la zona de descenso.

En busca de ese ansiado triunfo Cristóbal Parralo confiará en el mismo bloque que presentó en las últimas dos jornadas, ante Leganés y Barça, con la única novedad de Luisinho Correia por Fernando Navarro en el lateral izquierdo. Para recibir al Celta el técnico recupera a Florin Andone, quien comenzará en el banquillo después de perderse la visita al Camp Nou, según el club por unas molestias en los abductores. Con el rumano en la recámara, el coruñés Lucas Pérez volverá a ser la principal referencia ofensiva en un ataque con mucho fútbol asociativo, el que deben armar entre Adrián, Carles Gil y Çolak. Todos jugadores talentosos, de los que siempre quieren el balón, como los del Celta.

Ambos equipos mantendrán una dura batalla por la posesión para sentirse a gusto e incomodar al rival. Será una de las claves de un encuentro siempre pasional en el que la sobreexcitación suele jugar malas pasadas. Lo recordó ayer Cristóbal Parralo, consciente de que tan importante es salir con la motivación a tope, como no dejarse llevar por las emociones. Los pequeños detalles son los que suelen decidir encuentros tan igualados como el de esta tarde. Detalles como el factor campo, al que apela el Deportivo para amarrar los tres puntos al abrigo de Riazor.