En las últimas temporadas, el Deportivo ha visitado Vila-real en una situación límite y sumido en un mar de dudas. Lo hará de nuevo este curso, igualado con los puestos de descenso y zarandeado todavía por la reciente salida de su director deportivo, Richard Barral. Los precedentes, sin embargo, son esperanzadores para los deportivistas, que en los dos últimos cursos lograron sellar en el antiguo Madrigal, ahora renombrado Estadio de la Cerámica su continuidad en Primera División.

En ambas ocasiones las circunstancias eran similares a las actuales, aunque agravadas por el hecho de que tanto en la temporada 2015-16 como en la 2016-17 los deportivistas visitaron al Villarreal en la penúltima jornada. La permanencia estaba en juego y la atmósfera que rodeaba al equipo no era la mejor.

El Deportivo viajó a Castellón hace dos temporadas con un incendio latente en el vestuario y la necesidad de lograr un resultado que le permitiera sellar la salvación sin depender de lo que ocurriera la última jornada en Riazor ante un Madrid que todavía tenía posibilidades de lograr el título. El conjunto que dirigía por aquel entonces Víctor Sánchez del Amo compareció en Vila-real después de seis partidos consecutivos sin ganar y tras haber logrado tan solo una victoria en toda la segunda vuelta. El equipo, no obstante, consiguió aislarse de los problemas que existían en la caseta (Luisinho y Lopo habían sido apartados por el técnico debido a sus actos de indisciplina) y logró un triunfo que confirmó la permanencia. Fayçal y Lucas Pérez anotaron los goles que evitaron que el equipo se jugase la salvación otra vez en la última jornada.

El calendario fue caprichoso y volvió a emparejar a Villarreal y Deportivo en el antiguo Madrigal en la penúltima jornada. También lo fueron los resultados y los blanquiazules, en este caso dirigidos por Pepe Mel, llegaron al encuentro una vez más con la posibilidad de sellar la permanencia. Necesitaban un empate que no postergase la continuidad en Primera hasta el último partido ante la Unión Deportiva Las Palmas.

El 0-0 final dejó al equipo por cuarta temporada consecutiva en la máxima categoría y desde el club se estableció como propósito para el siguiente curso lograr una salvación más holgada. Ese objetivo parece ahora lejano con el equipo sumido en una delicada situación. La visita a Vila-Real no será este año en la penúltima jornada (a cambio el conjunto castellonense visitará Riazor en esa fecha), pero tendrá un aroma parecido.