El partido entre el Deportivo y el Girona de la primera vuelta, disputado en Riazor el pasado 23 de octubre, fue el inicio de todo lo que le sucedió al equipo coruñés e incluso al catalán. Desde aquella novena jornada, en la que el equipo de Machín venció (1-2) en el feudo coruñés, el Deportivo no fue capaz de salir del pozo mientras su rival del próximo viernes en Montilivi inició una escalada que lo llevó a ocupar la séptima posición y a soñar con entrar en la Liga Europa. Aquel encuentro de la primera vuelta supuso el despegue del entrenador de Soria y la defunción como deportivista de Pepe Mel, que fue sustituido por Cristóbal Parralo.

Llegaba el Deportivo a esa novena jornada en una situación relativamente tranquila con dos puntos sobre el descenso, que marcaban el Girona y el Las Palmas con 6 puntos. El triunfo sobre el debutante equipo catalán podría relanzar a los blanquiazules en la clasificación, pero sucedió todo lo contrario. Los hombres de Pepe Mel sucumbieron ante un rival que tampoco demostró demasiado en Riazor, pero sí lo suficiente como para llevarse los tres puntos y superar a los blanquiazules en la tabla. Fue el último día del entrenador madrileño al frente del cuadro deportivista, que se encontró con Cristóbal al frente.

A pesar del debut victorioso en Las Palmas del extécnico del Fabril, el primer equipo se siguió hundiendo en la tabla hasta alcanzar la 27ª jornada en la penúltima plaza a uno de los canarios y a dos del Levante, que marca la permanencia. Una situación angustiosa de la que Andone está convencido de salir. "Quedan once partidos y siempre voy a decir lo mismo, confío en el grupo y vamos a sacar esto adelante. Si limamos cosas pequeñas vamos a salir de ahí", declaró ayer en Abegondo. "Cada partido tenemos que ganarlo sí o sí y entonces sales con ese plus de nerviosismo. En esta situación tienen que salir los hombres de verdad (?). Los que no puedan con la presión que no jueguen", subrayó.

Y ahora llega el duelo contra un Girona que sueña tras asegurar la permanencia, un equipo que levantó el vuelo en Riazor y ya no ha vuelto a perder altura. Con el debutante Bounoure bajo palos y con Kayode en el once en el lugar del sancionado Stuani, los de Machín no hicieron su mejor partido, pero aprovecharon al máximo sus ocasiones y gracias a los goles de Aday de penalti y de Portu hicieron estéril el de Lucas, también de penalti (1-2), para volver hacia Girona con el triunfo. Después de este triunfo, los gerundenses doblegaron al Madrid (2-1) y superaron también al Levante a domicilio (1-2). El equipo había recuperado la solidez defensiva que lo había llevado hasta Primera. La racha no se detendría y pese a sufrir tropiezos como en Mestalla (2-1) o en el Camp Nou (6-1), y otros como contra Alavés (2-3) o Eibar ( 4-1), el Girona escaló posiciones que le permiten soñar.