Antes de jugar en Riazor, el Girona sólo había conseguido una victoria (1-0 contra el Málaga), el triunfo en Riazor tuvo el efecto despegue. Los del Machín se soltaron y desde entonces han sido capaces de sumar 10 victorias más. Además, han arañado 4 empates más y sólo han perdido 5 partidos. El despertar goleador de Portu, la efectividad de Stuani, la solvencia defensiva de los centrales, el nivel de Bounoure y el paso adelante de hombres como Mojica o Granell han sido algunas de las claves del gran rendimiento del Girona desde el triunfo en A Coruña. Tanto ha crecido el Girona desde entonces, que, además y sobre todo a raíz de las dos últimas victorias ante el Celta (1-0) y el Villarreal (0-2), se ha confirmado como uno de los claros aspirantes a entrar en la Europa League.

Actualmente séptimos y a sólo un punto del Villarreal, sexto, los de Machín tienen por delante 11 jornadas para soñar. Mantener este ritmo es un reto de lo más complicado sobre todo porque el técnico soriano no ha dosificado mucho su equipo tipo y habrá que ver hasta dónde llega la gasolina. La aportación de los menos habituales, como el Choco Lozano en Villarreal o Carles Planas -ahora lesionado- contra el Celta, se prevé decisiva para determinar donde será el techo del equipo de aquí al final.