Hace tiempo que al Deportivo se le acabó el margen. Llevaba muchas semanas, meses sin reaccionar, basando sus esperanzas de salvación no en su propia reacción sino en los continuos tropiezos de sus rivales directos. Hasta que al Levante le dio por ganar y lo puso en su sitio, al borde del precipicio. La victoria de los granotas en el campo del Getafe (0-1) les deja con cinco puntos de colchón sobre el Dépor, que en realidad son seis porque el golaverage particular está igualado entre ambos y el general favorece claramente al conjunto de Paco López. A un punto sigue Las Palmas, que antes de visitar Riazor perdió ayer 0-2 en casa ante el Villarreal. Está muy tocado, igual que el conjunto coruñés, que el sábado recibirá a los grancanarios con la obligación, esta vez total, de ganar. Solo le valen los tres puntos. Cualquier otro resultado será una condena segura. No matemática, de momento, pero sí virtual, por mucho que después todavía queden nueve jornadas por disputarse. Tras varios partidos catalogados como finales en los que el equipo coruñés no fue capaz de dar la tallafinales, llega, ahora sí, la última bala del Dépor.

Trece jornadas sin ganar lleva el conjunto blanquiazul, que desde la llegada de Clarence Seedorf solo dio verdaderos síntomas de mejoría en el duelo en Riazor ante el Espanyol (0-0). Para encontrar su última victoria hay que remontarse más de tres meses atrás, al 9 de diciembre del año pasado, cuando derrotó al Leganés en Riazor gracias a un solitario gol de Adrián. Solo tres triunfos más celebró el Deportivo en toda la Liga, ante Alavés (1-0), Getafe (2-1) y Las Palmas (1-3), su próximo rival. Aquellos tres puntos sumados en el estadio de Gran Canaria coincidieron con el debut de Cristóbal Parralo como técnico de Primera División. Su relevo, Clarence Seedorf, todavía no ha logrado estrenar su casillero de victorias al frente del Dépor. Dos empates en seis encuentros es su pobre balance en el banquillo blanquiazul.