La victoria del viernes frente al Málaga, la primera desde el aterrizaje de Seedorf en el banquillo y la primera también después de cuatro meses de sequía, encendió una tímida llama de esperanza que apagó ayer Campaña con un tanto en el descuento del Levante-Las Palmas. El triunfo de los valencianos deja al Deportivo a ocho puntos de la permanencia con tan solo 21 por disputarse. El empate en el Ciutat de Valencia sonreía a los blanquiazules, que vislumbraban la posibilidad de recortar la distancia con la salvación e incrementar sus opciones de permanecer en la máxima categoría la temporada que viene. El marcador final, sin embargo, convierte la posible continuidad en Primera en un desafío de esos que contradice las estadísticas. Existen contados precedentes de la hazaña que debería completar el conjunto de Clarence Seedorf para no dar con sus huesos en Segunda División, pero los hay desde que la Liga recuperó el formato con tres descendidos.

El Deportivo, que suma tan solo cinco victorias en todo el campeonato, tendría que ganar otros tantos partidos para tener al menos la posibilidad de soñar con la permanencia. Dependería también de lo que hiciera el Levante o más bien de que se acabara desplomando en estas últimas siete jornadas del campeonato. Los blanquiazules necesitarían algo parecido a lo que ya logró el Zaragoza en la temporada 2011-12.

El equipo aragonés logró recortar al Villarreal ocho puntos de ventaja para acabar salvando la categoría, aunque dispuso de algo más de margen del que posee este año el Deportivo. Es el limitado calendario lo que realmente compromete a los de Seedorf para alcanzar la salvación. En las ocasiones recientes que algún conjunto logró esquivar el descenso con semejante distancia dispuso al menos de nueve partidos.

Ocurrió en 2002 cuando el Rayo Vallecano logró una sorprendente remontada después de conseguir 20 puntos de los últimos 27. Semejante hazaña la repetiría el Espanyol dos cursos después, aunque no fue la única del equipo perico. En la temporada 2008-09, el conjunto barcelonés escaló desde la última posición de la tabla hasta la décima después de lograr sumar 22 puntos. Ese registro es en el que se miran ahora los deportivistas, que buscan precedentes con los que asimilar el mal trago de ayer.

El triunfo ante el Málaga alimentó la fe en la salvación a pesar de la mala racha de resultados que encadenaba el equipo. La ausencia de victorias en los últimos cuatro meses ha condenado al equipo a un final de temporada en el que el desenlace fatal del descenso se venía asimilando desde hacía semanas, aunque se confiase al mismo tiempo en un milagro.

Ese milagro ahora tendrá que serlo todavía más para superar una desventaja de récord. De salvarse, el Deportivo establecería un registro inaudito cuando se trata de eludir un descenso que parecía cantado de antemano.