Adrián López volvió a ser ayer el encargado de pronunciarse sobre la situación del equipo coincidiendo con la última semana de competición. El asturiano ejerció una vez más el papel de portavoz oficial de la plantilla que se le parece haber asignado desde que se confirmó el descenso a Segunda División. Pocos han sido los jugadores que han tomado la palabra recientemente para expresar sus sensaciones por la pérdida de la categoría o para exponer sus planes de futuro. Adrián ha emergido así como la voz autorizada de un vestuario que permanece en silencio. "Hago lo que me mandan, ni más ni menos", resumió el delantero por esta responsabilidad que le ha asignado el club.

"No tengo ningún problema. Como capitán me dicen que tengo que subir a hablar y lo hago sin problema y con mucho orgullo", insistió Adrián sobre su repetitiva presencia en la sala de prensa en las últimas semanas.

El asturiano también se detuvo en su situación personal y en la posibilidad de continuar en el Deportivo. Dependerá de lo que decida el Oporto, club al que pertenece y al que deberá regresar cuando finalice su cesión en A Coruña. "Me siento como en casa, pero el futuro no depende de mí, pertenezco al Oporto y no es conveniente que hable de más", destacó.